La chica nueva

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Los chicos sentían como los meses volaban, pues pronto comenzaría el mes de Mayo y aún no recibían noticias de ningún bando. El Ministro les había dado la orden a su grupo de aurores de permanecer en alerta continua desde que fueron a investigar la Mansión Malfoy en vacaciones, mientras que de los mortifagos no sabían algo nuevo.

En aquellos meses los chicos permanecía en estrés y angustia continua, aunque su humor variaba en ciertas situaciones. Cada pareja habían tenido sus momentos, cada relación iba de maravilla a pesar de las adversidades las cuales se encontraban, también habían acordado que en tiempo libre realizarían unas pequeñas reuniones en la torre de premios anuales para lograr bajar su nivel estrés con algo agradable y divertido.

Daphne había recibido unas estrictas recomendaciones de su medimago, pues su embarazo podría ser de alto riesgo si continuaba con sus angustias, mientras que Harry intentaba de llevar las cosas con calma y apoyar cada día más todas las decisiones que tomara su novia, ahora cumpliría su sexto mes de embarazo y los dos pequeños llenaban el ambiente de felicidad y nuevas esperanzas para todos.

***

Draco sentía como una gran frustración recorría todo su cuerpo al recordar el cambio del sacrificio mencionado por su padre, aquel cambio que había preferido ocultarles, aunque no quisiera entregar su vida tendría que hacerlo, nunca dejaría que sacrificaran un ser tan puro para un acto tan perverso. Pronto, sintió que la marca tenebrosa empezaba a quemarle, era aquel dolor que no cesaba desde que habían abierto la tercera puerta, no entendía el por qué pero ya era costumbre, al levantar la vista se encontró con aquel cofre que hasta ahora no habían podido descubrir cuál era la clave para abrirlo, lo tomó inspeccionándolo nuevamente y sintió como su marca quemaba aún más volviéndose insoportable.

—¿Pero qué demonios? —manifestó, al ver una extraña luz salir del cofre. Draco tomó el cofre con su mano izquierda haciendo que rápidamente abriera la pequeña puerta sin cerradura —¡Blaise, Theo! —gritó, mientras se disponía a salir de su torre rumbo al gran comedor donde pensaba que estaría sus amigos, pues había olvidado que la cena pronto daría comienzo.

—Buenas noches a todos, antes de comenzar el gran banquete debo anunciar que esta noche tendremos con nosotros a un estudiante nuevo, viene de traslado y cursará lo que queda del séptimo año, pronto pasará para su respectiva selección. —anunció la directora.

—¿A quién se le ocurre entrar ahora? —bufó Pansy.

—Tengo algo importante que anunciarles. —manifestó el rubio al llegar a su mesa —. ¿Por qué no ha empezado el banquete?

—McGonagall dijo que había un estudiante nuevo. —respondió Daphne.

—¿Qué sucede, Draco? —preguntó el moreno.

—Ya lo abrí. —susurró.

—¿Ya abriste qué? —inquirió Theo sin entender.

—El cofre. —volvió a susurrar, llevándose miradas sorpresivas de sus amigos —. En cuanto termine esto les contaré. —finalizó, cuando visualizó en la entrada del gran salón una chica de cabellos dorados con unos profundos ojos azules que seguía a la profesora McGonagall con sus elegantes y refinados pasos dejando a más de un chico babeando y unas novias celosas. La chica se sentó en la pequeña silla de madera mientras que la directora le ponía un viejo y arrugado sombrero en su cabeza.

—¡Slytherin! —gritó el sombrero seleccionador, después de meditarlo por unos cuantos minutos.

—Disfruten el banquete. —finalizó McGonagall, mientras que la chica se dirigía a la mesa de las serpientes sentándose al lado de una morena.

Amores InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora