Epígrafe

1.7K 185 68
                                    

Siete años después...

Un hombre castaño se mira en el espejo, portaba un traje blanco, especificando: un traje de boda. Lucía radiante, o al menos eso decía la pelirroja que se situaba a un lado suyo mientras le acomodaba el traje.

Por fin el día había llegado, el día de su boda, tras siete años de noviazgo Jack se había decido a dar el gran paso. La petición no fue muy romántica, no fue como lo escribirías en las novelas de amor. No, así no fue. Jack se había planeado una cena, en la cual quemó el mantel, se fracturó el brazo y empapó a Hiccup de vino, para después, mientras su brazo dolía horrores, sacar una cajita negra de su saco y se la mostraba a su amado. El cual, lloró un poco pero aceptó. Jack no podía estar más feliz y de Hiccup, ni hablar, y aquel día en particular.

Este día, que había añorado por mucho tiempo estaba presente. Mérida le acomodó el moño del saco y después le colocó un broche en el mismo. Lucía conmovida, miraba aún a ese tierno chico de quince años, locamente enamorado de su mejor amigo de la infancia. Pero ahora, las cosas habían cambiado, ahora era un hombre, apunto de contraer matrimonio, y de ser feliz con la persona que ama por el resto de su vida.

—Ya estás listo, Jack se morirá al verte —soltó la pelirroja limpiándose una lagrima.

—No, no puede dejarme viudo tan rápido. Me moriría sin él a mi lado, Mér.

La chica sonrió de lado y después sacó una cámara.

—¿La foto del recuerdo? —propuso.

—La foto del recuerdo —ambos sonrieron a la cámara haciendo una pose linda, Mérida tenía miles de fotos con ambos y era la más alegre por ese futuro matrimonio que ella había visto nacer.

Mérida abrazó al chico y después miró la hora más que perpleja.

—¡Vámonos Hiccup! ¡Vamos a llegar tarde!

(...)

Las puertas de la iglesia se abrieron, un albino vestido con un elegante traje negro miraba a todas direcciones lleno de nervios, y miraba su reloj lleno de frustración. ¿Y si se arrepentía? ¿Y si lo dejaba plantado?

Esos pensamientos se disiparon se su mente cuando la música comenzó a sonar, instintivamente este volteó hacia la puerta, de la cual surgía un guapo muchacho vestido de blanco. Lucía bellísimo, Jack lo miraba con ganas de llorar, todo aquello no parecía ser real. Parecía ser un efímero sueño lleno de esperanzas.

Este caminó hacia él a un lado de su robusto suegrito, al cual le había costado trabajo agradarle. Este lo dejó a su merced no sin antes murmurar las últimas amenazas.

—Hazlo feliz —susurró antes de tomar asiento.

—Lo haré.

Hiccup se colocó frente a él y la misa comenzó. Las miradas se decían todo, en realidad no habían escuchado ninguna palabra que había dicho el padre más que:

—Jackson Frost, ¿acepta a Hiccup Haddock como su futuro esposo, para amarlo y respetarlo en la riqueza o en la pobreza, en la salud o en la enfermedad, hasta que la muerde los separe?

Jack sonrió ampliamente, ya había tardado esa frase.

—Acepto.

—¿Y usted? Hiccup Haddok, ¿acepta a Jackson Frost como su futuro esposo, para amarlo y respetarlo en la riqueza o en la pobreza, en la salud o en la enfermedad, hasta que la muerde los separe?

Hiccup miró al chico que se hallaba frente a él, el cual por un incidente con una bola de nieve se había enamorado de él, el chico que amaba. El chico con el que deseaba pasar el resto de su vida.

—Acepto.

—Muy bien, ahora... Los declaro marido y... Ehm, esposo. Puedes besar al novio.

Jack rió sarcásticamente antes de acercarse a su esposo, tomarlo delicadamente por la cintura y apreciar su rostro, no podía pedir más en la vida. Él era todo lo que necesitaba. Acarició su pecoso rostro antes de plantarse un dulce y tierno beso. El sello de su amor, el fin de la primera batalla. El primer capítulo de su historia juntos. Todo había valido la pena.

Jack jamás dudaría ni se preguntaría jamás si...

¿Estoy enamorado?


FIN

"¿Estoy enamorado?"  [Hijack/Frostcup] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora