Capítulo 2

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-Finn...Finn cariño despierta.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! Yo...- grité sin saber dónde estaba ni que estaba pasando, hasta que reaccioné que estaba en mi cuarto con mi madre al lado moviéndome para despertarme.

-Ya se acabaron las vacaciones y hoy es tu primer día de clases del semestre, oficialmente eres problema del gobierno de nuevo- dijo riendo a carcajadas y burlándose de mí.

-Y el premio a la mejor mamá es para...

-Ya está el desayuno listo, pero primero arréglate para ir presentable a tu primer día.

-¿Por qué me tengo que arreglar? No quiero impresionar a nadie.

-Bueno pues si quieres vete en pijama en lo que a mí concierne, con que no te la pases encerrado en tu habitación sin hacer nada por mí está bien.

-Bueno bueno ya voy- dije mientras limpiaba la baba seca de mi cara.

-Así me gusta, te espero abajo- dicho esto salió al pasillo gritando algo como "ahora es problema del gobierno" y también "oye Albert nuestro hijo ya no seguirá de holgazán en su habitación, sal a festejar"

A veces pienso que soy adoptado, pero igual no cambiaría a mi familia por nada, se por experiencia que con ellos cerca no me aburro.

.......................

Después del desayuno quemado como siempre de mi mamá tomé mi mochila, agarré un poco de fuerza y salí por la puerta. La mayoría de mis amigos gozan del privilegio de tener un carro, casi nadie toma el autobús escolar, solo que mi familia no se puede dar el lujo de comprarme un carro y además no tengo licencia ni sé conducir, así que por lo pronto me limito a esperar en la parada que se encuentra a dos cuadras de mi casa.

Abrí mi cuaderno y me puse dibujar un rato, hicealgunos bocetos de escenas de algunos de mis sueño más raros, como la vez que soñé que era el único en el mundo o la vez que soñé que flotaba hacia el espacio sin poder regresar, vaya que debo ir al psicólogo.

Escuché el tan conocido sonido de las bocinas del camión y cuando levanté la mirada ya se está frenando para darme la parada. Subí al camión a paso lento tratando de evitar lo inevitable, saludé a Óscar el chofer del autobús y me dirigí al asiento de siempre.

-Hola Finn- dijo Jenny mostrándome una sonrisa desde el asiento de adelante- ¿como estuvieron tus vacaciones?

-Pues bien, no me quejo.

-¿Hiciste algo productivo o interesante?

-No, nada.

-Este... ¿Nada?

-Noup, me la viví acostado viendo series en netflix y aprendiendo nuevas canciones en la guitarra, ya sabes disfrutando de mi soledad.

-Bueno supongo que está bien.

-¿Tu hiciste algo interesante?- pregunté por cortesía pero ya sabía que esa chica era una maquina imparable de hablar, una vez que comienza es difícil pararla.

-Pues fíjate que mi familia decidió irse de vacaciones a Puerto Rico, conocí a mucha gente interesante y probé la comida más deliciosa y bla bla bla primera clase bla bla bla extravagante bla bla bla.

-Eso suena muy divertido Jenny.

-Lo sé verdad.

Y así fue el resto del camino, pretendí escuchar su increíblemente aburrida historia mientras mostraba cara de interés, lo cual funcionó ya que ella pareció no notarlo.

Cuando el autobús por fin llegó a la escuela me despedí de Jenny y me apresuré a salir del autobús, bajé tan deprisa que al salir me estampé con una roca y caí al suelo... bueno no era exactamente una roca, era un chico de pelo oscuro y ojos azules que debía ganarme por diez centímetros de altura, llevaba puesta una chaqueta del equipo de futbol y parecía una montaña de tan musculoso que estaba, era como tres veces yo combinado en un gigantón.

-Lo siento ¿estás bien?- dijo mientras me tendía una mano, dudé un poco pero la tomé al final, casi cuando me había levantado sentí que me empujaban y volvía a caer de espaldas.

Otro chico con chaqueta del equipo de futbol me había empujado hacia atrás, era mucho más bajo que el primero y tenía cara de bravucón.

-¿Qué te sucede idiota?- dijo el primer chico a la vez que empujó al bravucón casi derribándolo.

-¿Qué hice mal?- dijo el segundo chico aún riéndose.

-Ven te ayudo- dijo tendiéndome la mano nuevamente y al tomarla me jaló hacia arriba hasta que estuve de pie.

-Aww que tierno vas a defender a tu pequeño noviesito.

-Vete de aquí antes de que te de una paliza Tom.

No creo que Tom fuera tan idiota para confrontar a alguien que le ganaba en altura y en músculo por tanto, así que hizo lo más lógico y se fue, pero no antes de decir un último comentario de que cuando mi noviesito no esté cerca me daría mi merecido.

-Lamento todo eso ¿te hiciste daño?- me dijo mirándome con esos penetrantes ojos azules.

-Estoy bien gracias- dije apartando su brazo de mi hombro- puedo cuidarme solo.

-Esta bien amigo, nunca dije que no- dijo riéndose un poco.

-¿Y por qué te ríes entonces?

-Por nada- a pesar de todo me seguía sonriendo como si fuera que, eso me comenzaba a fastidiar.

-Me tengo que ir- dije tajantemente y caminé hacia la entrada de la escuela.

-¡Denada!- me gritó desde lejos.

-¡Nunca dije gracias!

Te odio... pero me gustasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora