Alec, es un joven que está terminando sus estudios universitarios, con una historia poco común, una historia de realidades no vividas y de sueños vividos. Está historia llevó a Alec a vivir los límites de la esperanza, los límites de lo sensorial, s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi respiración era acelerada, corría y corría. ¿Era miedo? no lo sé. Tal vez un instinto de supervivencia; sabía que algo me perseguía, pero no quería ver atrás, corría y seguí hacia la misma dirección donde apuntaba mi instinto, era un pasillo frío, helado y parecía como si no tuviera fin; la luz era tenue, casi oscura, solo alumbraba unas pocas bombillas y estas mismas solo titilaban.
Corrí y tropecé, caí y en unas milésimas de segundo, en un abrir y cerrar de ojos estaba encerrado en una habitación, igual como el pasillo frío como el hielo, y más oscura que la noche. Intenté levantarme pero mi pie derecho estaba atado, parecía como si un grillete me estuviese deteniendo. Dolía. El miedo, la agonía, la desesperación - el no saber qué hacer me hizo quedarme estático-. Y fue en ese momento que escuché su voz.
- Hola, Alec. - Su voz era una parsimonia, pero a la vez imponente.
- ¿Quién eres? - Contesté asustado.
- Por mucho tiempo he esperado este día - Sus pasos comenzaban a sonar más cerca y su voz cada vez más fuerte.
- ¿Quién eres? -Insistí. - ¿Cómo es que sabes mi nombre? - Pregunté con la voz entre cortada.
- ¿Eso es miedo? - me preguntó - ¿Tú, tienes miedo? - Lo sentía frente a mí. Temblaba. Agache la cabeza y me acurruque para intentar que el calor llegara a todo mi cuerpo. Y pensar que creía que todo saldría bien. - Me cogió del cuello y grité -
- Excelente, ahora mírame - Me ordeno, pero no podía - ¡He dicho que me mires! - Grito. Tome valor -lo poco que tenía en ese momento- alce la vista y no vi nada o no parecía haber nada, era como una sombra. Su silueta parecía como si tratara de imitar al humo, como si se fuera a evaporar en algún momento. Pero poseía una fuerza sobrehumana. Me dolía la garganta, no podía respirar.
- ¿Estás preparado para un juego? - Su voz sonaba sarcástica, él disfrutaba el momento.
- ¿Cuál juego? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? - cada palabra fue difícil de pronunciar, sentía que mi respiración se cortaba y la misma acción dolía.
- Alec, solo tiene que decir dos simples palabras: "quiero jugar". - Me soltó al pronunciar las últimas palabras. Al fin podía respirar.
- ¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Qué es lo que ... - ¡Quiero jugar! - Me interrumpió, la paciencia se le estaba acabando -y lo podía notar- Solo tienes que decir "quiero jugar" - ahora su voz sonaba ansiosa, me presiono contra la pared. - ¡He dicho que lo digas! - su voz fue imponente.
- No tuve remedio, no encontré solución - Ok, ok. Quiero jugar. - Respondí inseguro, realmente no quería, pero temía que me hiciera daño.
- Dime Alec, ¿Qué crece más entre más le quitas? - Que clase de pregunta es esa, pensé. - ¿Es un acertijo? - Fue lo único que respondí.
- Alec, habla, eres inteligente, puedes hacerlo.
- No sé. No sé qué es, lo lamento, ¿Qué clase de juego es este? - Me quedé en silencio, solo escuchaba sus pasos cada vez más cerca. Temía, temía el no tener el control de mis acciones, me desconcentra... me...
- ¡¿Qué es?! - Gritó.
Aterrorizado trate de correr. No pude, el intento hizo que cayera al suelo nuevamente. Él me estaba viendo, me levantó; sus manos eran frías, dolía al tacto. Me apuntaba con algo filoso en mi abdomen. Lo miré, sabía que llegaba el fin de la historia - entonces sus ojos se fijaron en los míos, no pude ver su rostro, pero sus ojos, sus ojos, eran como amarillo fluorescente que brillaba en medio de la fría oscuridad. Me asusté y volví a gritar. - ¿Qué es lo que quieres? - y en menos de un minuto, sentí como atravesaba una especie de cuchillo en mi abdomen. Dolió, grité y cuando lo retiró de mí, respiré vi todo nubloso y me sentí caer... abrí mis ojos y me encontraba en mi habitación.
Todo fue un mal sueño -inhalo - Todo fue un mal sueño - me repito mientras exhalo - lo digo varias veces, como si fuera una especie de mantra. - Si, eso fue, solo un mal, sueño,una horrible pesadilla. - lo repetía una y otra vez, como si eso ayudara a calmarme - o eso quería creer-.
