Capítulo 3 - No es real.

211 14 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al llegar a casa aun con el corazón saliéndose de mi pecho llegue a dormir. Tenía miedo, pero el cansancio me venció...

Estaba nuevamente en esa habitación más fría que el hielo y más oscura que la noche, pero a comparación de las veces anteriores esta vez no estaba el grillete en la pierna y ya no dolía, pero saber que la presencia de la sombra llegaría en cualquier momento me aterraba. – Vi la puerta por la que entre – y fue la misma de hace varios días que estaba cerrada, pero hoy, hoy estaba entreabierta y en la salida solo se veía oscuridad.

Corrí hacia ella y al llegar se cerró. – Me asuste - y sin pensarlo, simultáneamente mientras giraba mi tronco y mi brazo para golpearlo fui traspasado por una lanza. – Sentí como ella perforaba cada milímetro de mi interior - .

- ¿Intentabas golpearme, Alec? – Dijo mientras se le escapaba una pequeña risa.

- ¡Agh! – Fue lo único que pude expresar.

- Te voy a dejar algo claro. Nada, ni nadie puede vencerme y mucho menos tú, ¿Está bien? - Lo escuche decir, mientras parecía que me miraba. Mis fuerzas estaba concentrada en tratar de mantener la lanza quieta. Cada movimiento cual estúpido fuera ardía dentro de mí.

- Ahora, Alec... ¿Cuando una puerta no está cerrada ni abierta? – Dijo cerca de mí, sentí su presencia alrededor mío, pero realmente era incapaz de verlo, por lo que mi ojos estaban puestos sobre el suelo.

- Ey Alec, estos es un maldito sueño, sí, eso es. – Dije.- Sí es mi sueño, puedo controlarlo. Vamos, Alec despierta. -

- ¡Jajajaja! - ¿Tú crees controlar tus sueños?, ¿Crees que esto es un simple sueño, donde vas a morir una y otra vez?- Preguntó la sombra, después de su risa sarcástica. – Déjame y te presento a alguien con el que jugué cuando era un niño.

- ¿Qué? , ¿Ahora qué?- Me pregunté mientras mi respiración seguía acelerándose.

- Alec, ¡sálvame! – Su voz. Su voz era familiar, era de un joven no mayor de 15 años, sonaba aterrorizada – Alec, corre. La mano negra llegó otra vez – hablo en un tono tan alto que cualquier persona que estuviera fuera de ese lugar podría haberlo escuchado. Camine hacia el sonido de su voz, lo escuchaba respirar – ¿La mano negra llegó? – pensé. ¡Dios, es John!

- ¡John! ¿Qué haces aquí? – Una pequeña lámpara se encendió y con ella iluminaba la silueta de mi hermanito. - ¿John, cómo has llegado aquí? – pregunte al ver mi hermanito encadenado en una especie de cama inclinada. Me desespere - ¡¿Qué es lo que quieres?! Déjalo ir – Grité.

- Te lo dije, Alec, de niño jugué con él, y su miedo me alimento por mucho tiempo, ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas cuando John gritaba tu nombre? – Y Si, si lo recordaba. mi hermano John cuando aún era un pequeño había sufrido por mucho tiempo de parasomnias. Soñaba y sentía que una especie de mano negra invadía la habitación y lo tomaba de sus pies. Y el refugio de él, era yo –

- Responde, Alec. – Musito intranquilamente – Tome aire, deje el dolor atrás. Sin pensarlo con la misma lanza que fui apuñalado la retire de mi abdomen y lo apuñale, la sombra se esfumó y con ella la lanza y las cadenas que estaban sobre mi hermano. Fui donde estaba John. – John, todo va estar bien, vale. – Dije, al intentar separar algunas cadenas que le colgaban aún. – Dale Alec, tu puede – Dijo mi hermanito mientras me miraba a los ojos – Solté las cadenas, tome a mi hermano y caímos al suelo. - me dolía mi abdomen. –

- Huele a miedo – Escuche la voz entrecortada de la sombra lejos – mire a John en señal si lo había escuchado y el solo asintió - Vamos John, corre. – Mi hermano me levanto al pronunciar las últimas palabras. Mi mano izquierda estaba sobre los hombros de John y mi mano derecha en mi abdomen.

Llegamos a la puerta, John la abrió, y corríamos a mi ritmo. – Sentí escalofrío al ver nuevamente el pasillo frío, helado y tenebroso.

- ¿Cuándo una puerta no está cerrada ni abierta, es cuando, Alec? – Su voz estaba cerca. – Él era rápido, tenía razón, podía ser mi sueño pero él controlaba todo – Esto no es real, Alec – Dijo John – Esto no es real, Alec – Repitió mientras seguíamos corriendo. -

Me detuve para tomar aire, no sé cuánto habríamos avanzado y llegó la respuesta - John, se la respuesta – Dije al mirarlo a los ojos. – No la respondas, Alec – Me ordenó.- John, ahí viene, está cerca – Lo podía sentir, estaba detrás de nosotros cuando de repente.

- El juego no acaba - Dijo al estar frente a nosotros. – John gritó inmediatamente - ¡Corre! – le grite y lo empuje hacia a un pasillo mi mano derecha. – La sombra me tomó del cuello, me olfateo y dijo – y... ¿cuándo una puerta no está cerrada ni abierta? –

- Es cuando está entreabierta – dije con las ultimas fuerza que me quedaban.

- Ahora despierta - Sus palabras sonaron imponentes y frías, frías como el cuchillo que atravesó en mi garganta, al pronunciar la última letra de esa gran palabra.

- ¡Nooooooooo! – Grite mientras me movía en la cama y mi papá me tenía entre sus brazos, tratando de controlarme. – y él estaba ahí – John mi hermanito. Él me tomaba de la cara y me decía – Alec, no es real. No es real, Alec – 

-------

Este capítulo quiero dedicarlo a mi pequeño hermanito; Juan Jo. Te amo, Bb! 

Espero les guste este capitulo, no olviden dejar sus comentarios, sugerencias y votar por el capítulo. Nos vemos el próximo viernes. 

Gracias por Leerme; MoTtha!



NOGITSUNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora