Mamá, Papá y John me abrazaban mientras mi llanto los alarmaba, gritaba que esto no podía estar pasando. Sentía frio mi corazón, dolía, dolía saber que la persona que tanto amas, la vida, el destino e incluso Dios te la quite de tus manos.
- Debes vestirte – dijo, John al traer mi traje a la habitación. – Hoy es el funeral.
- ¿Cuánto tiempo estuve dormido o sedado? – pregunte.
- Tres días, hijo. – dijo mamá. – La señora Mary, quiere que digas las palabras de despedida. Es por eso que te despertamos. – Mamá me abrazo.
- ¿Me doparon?, excelente – dije mientras enarcaba una de mis cejas.
- Hijo, era lo mejor para ti. – dijo mamá.
- Deja de decir "era lo mejor para ti". Porque por eso esa razón, es que Valerie, hoy está muerta. – dije mientras fulminaba a mamá con mi mirada y salía al baño.
En la ducha solo podía pensar en que tan miserable es mi vida y que todo lo que entra a mi vida con vida, sale de mi vida pero muerto.
- Exactamente es eso, Alec. – Me sorprendí al ver mi reflejo dividido en dos.
- ¿Void? – pregunte asustado
- ¿Quién más está en tu cabeza? – preguntó.
- Aléjate. Aléjate de mi cabeza – decía mientras estaba hiperventilando.
- Recuérdalo, Alec: " Todo lo que entra a tu vida con vida, sale de tu vida pero muerto"
- ¡Aléjate! – grite.
- Alec, esto no es real. – Dijo John. – Respira, y envolvió mi mano en una toalla. No sabía en qué momento había roto el espejo del tocador del baño.
En la habitación no estuve solo, John me acompañaba mientras me vestía, decía que no me iba a dejar ni un por un segundo solo. Su presencia me molestaba así que intentaba ofenderlo, pero en él, no causaba ningún efecto.
- Así reaccionaste cuando nuestra hermana murió. – dijo. – por lo visto ya estás listo. – dijo entregándome el saco. – Como raro vamos tarde y es por ti, Alec.
Ignore a John en todo el camino. Mi mente estaba conectada en tratar de suprimir el dolor y que debía actuar de manera serena y calmada. Al llegar a la funeraria, el cielo se tiño de gris y las nubes se agruparon anunciando que ya se acercaba la lluvia. Mientras más nos acercábamos a la iglesia, veía lo múltiples familiares de Valerie decirme "lo siento", "lo lamento", "sé que iban a casar", "una triste perdida"; pero a todos los alejaba con cuatro palabras "VETE. PARA. LA. MIERDA". Realmente nadie sabía el infierno que estaba ocurriendo en mí.
Antes de entrar a la iglesia la señora Mary me llamo con un pequeño sonido.
- Alec, es bueno verte. Pensé que no la ibas a ver. – dijo calmada como siempre.
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NOGITSUNE
Ficção AdolescenteAlec, es un joven que está terminando sus estudios universitarios, con una historia poco común, una historia de realidades no vividas y de sueños vividos. Está historia llevó a Alec a vivir los límites de la esperanza, los límites de lo sensorial, s...