Llevamos una semana alejados de la gran ciudad donde vivimos. Estábamos rodeados de mar, árboles, vegetación y el sonido de las aves, todo alrededor lucia como un perfecto paraíso. Aunque al lado mío siempre estaba mi paraíso, mi ángel, mi sol. Si, Valerie.
El hotel donde nos estábamos hospedando tenía un servicio de cabañas, tomamos ese con el fin de sentirnos más en familia pero sin interrumpir nuestra privacidad.
- Entonces, ¿Qué dices, Alec? – pregunto Isaac.
- Vamos a divertirnos – dije con una sonrisa.
Isaac y Sebastian, se les ocurrió hacer una noche para chicos, ósea cero nenas, cero Valerie. Y el argumento, era porque llevamos una semana en función de lo que quieren las chicas, ir a x o y restaurante o ir a x o y bar o disco. La idea sería divertida y las situación se hacías más interesante, hoy cumplía una semana durmiendo 4 horas diarias y eso tanto a Valerie como a mí, nos tenía tranquilos.
- Salimos a las 7:00 p.m, Alec. No hay excusa – dijo Sebastian mientras me veía entrar a la habitación que compartía con Val.
- ¿Cariño?, ¿Val, donde andas? – mire a mi alrededor y no veía a mi chica.
- Aquí, cariño. – su tono de voz era algo asustado.
- ¿está todo bien? – pregunte y me acerque para darle un beso. – ella bajo la mirada después de corresponder mi beso y dijo que todo estaba bien.
- Pensé verte llegar ebrio – dijo con una sonrisa.
- No, cariño. Como buen chico dijiste "nada de embriagarse" y así fue. Salimos para acompañar a Sebastian a comprar unas cosas que le hacían falta.
- Ahh – dijo mientras se acercaba a una mesa para buscar algo.
- Val, cielo. ¿estás bien? – pregunte.
- Si, Alec, estoy bien. – dijo con un tono de voz algo desesperante.
- Ey! ¿Qué es ese tono?, háblame con amor, pacito. – dije mientras la tomaba de la cintura y la acercaba para besarla.
- Estas muy cariñoso, ¿Qué quieres? – pregunto con un mohín algo tierno.
- ¡Agg! ¿no puedo ser tierno con mi chica? – dije mientras miraba sus ojos color miel. La tome del brazo y la lleve al balcón de la habitación, pegue su espalda a mi pecho y la abrace fuerte, desde ahí se podía ver el mar y toda la hermosa vegetación que nos rodeaba y mientras le susurraba al oído cuanto la amaba - Alec, si vas a salir con los chicos, dale. No hay problema. – Interrumpió al soltarse de mis brazos y tomar mi cara en sus manos.
- ¿Sí? – pregunte – No tienes que hacer lo que yo diga, solo pórtate bien, nada de beber mucho, ¿vale? – me señalaba con su dedo índice – Vale. – dije y la volví a tomar de la misma manera como estábamos y contemplamos la caída del sol y la bienvenida de la luna.
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NOGITSUNE
Teen FictionAlec, es un joven que está terminando sus estudios universitarios, con una historia poco común, una historia de realidades no vividas y de sueños vividos. Está historia llevó a Alec a vivir los límites de la esperanza, los límites de lo sensorial, s...