Capítulo 6

1.4K 104 3
                                    

El silencio, ese sentimiento que para muchas personas llega a ser incomodo, tanto que se ven obligados a soltar cualquier frase o comentario con la intención de romper con el, creando así situaciones todavía más incomodas; muchas veces he llegado a pensar que no es necesario siempre estar hablando cuando vas con una persona y el forzar una conversación solo hace que el momento sea tedioso y incomodo, tanto para el que pregunta como para el que tiene que responder.

Muchas veces el silencio no es tan malo cuando tienes muchas cosas en la cabeza, ya sean buenas o malas, pero que están ocupando completamente tus pensamientos y a veces lo mejor es estar en silencio con una persona que te transmita tranquilidad sin forzar nada ni molestarlo en querer hablar, pero ¿Cuándo realmente sabes que la persona quiere hablar contigo? Sencillamente se puede entender por su corporalidad o manera de responder y es que es muy fácil saber cuando una persona esta interesada hablar contigo o que simplemente quiere estar a tu lado, pero en silencio.

La gente a mi alrededor suele quejarse de que no soy muy habladora, pero eso es totalmente falso, ya que ellos solo han visto mi lado desinteresado en socializar y es que muchas de las personas que sueltan esos comentarios son gente que no me inspiran nada, que simplemente no hay nada en ellos que me genere intriga o ganas de formar un vinculo como para querer hablar mas de los necesario, como si estuviera obligada a contarles mi vida o algo personal solo porque estamos juntos en un aula de clases o en su determinado momento en un ambiente laboral.

Que claro, crear amistades y relaciones en esos dos ambientes siempre va a ser benéfico y hará las cosas mas relajadas, pero no siempre una persona se siente con ganas de hablar y nuevamente solo quiere silencio, porque ese silencio lo llevaba a la paz. Se que no soy una experta y si mi psicóloga viera todo lo que estoy pensando estoy segura de que me corregiría, pero no puedo más que ser honesta con que el silencio en muchas ocasiones es totalmente necesario y hoy lo puedo reafirmar mirando a la persona que se encuentra a mi lado.

Hace unos minutos que salimos de la facultad y desde que decimos ir a buscar al resto de la banda no hemos dicho nada, simplemente hemos caminado uno al lado del otro por los pasillos de la universidad sin emitir palabra alguna y realmente estar así no es incómodo al contrario Elián inspira tranquilidad y es que su manera de caminar como sus gestos son tan relajados, mas siento que hay algo en él que no me hace sentir incomoda, pero aun no logro descifrar que es, mi primer pensamiento sobre que puede ser es que tal vez sea porque mis hermanos lo aceptan y de cierto modo ya están confiando en él.

Ni él ni yo hemos hecho algún intento por establecer conversación, simplemente caminamos por los pasillos y la única vez que hable fue para decirle que mis hermanos nos esperaban en la entrada de la universidad, ya que cuando nos levantamos de la mesa y empezamos a caminar les mande mensaje y ellos estuvieron de acuerdo en ir a comer todos juntos. El edificio de mi facultad no estaba tan lejos de la entrada, pero tampoco estaba cerca, sino que se encontraba en un punto medio y después de caminar un rato pude distinguir a mis hermanos y a la chica de pelos de colores hablando animadamente.

—Hola— salude cuando estuvimos lo suficiente cerca para que me escucharan, todos devolvieron el saludo una vez que estuvimos a su altura.

—¡Peluche! — grito la chica y abrazo con fuerza a Elián, mientras que el otro la abrazo por la cintura, por inercia me aleje de su lado y me acerque a mis hermanos, me sentí mal tercio.

—No me llames así— dijo sin dejar de abrazar su cintura.

—Pero si eres tan lindo—la chica apretó sus mejillas y Elián hizo una mueca, pero nunca la alejo —. Pensé que no vendrías.

—Fue mi idea ir a comer—contesto sin más.

—Deberíamos ir —hablo Asher interrumpiendo —. Muero de hambre.

Jugando a ser padresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora