Capitulo 10

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El silencio siempre ha sido mi mejor aliado cuando no tengo ningún interés en entablar una conversación, pero en este momento solo deseo que se termine lo más rápido posible, ya que desde el momento en que vi al presidente me invito a entrar a mi casa como si yo lo hubiera ido a visitar a él y no me ha apartado la mirada en ningún momento, debo decir que el presidente tiene una mirada tan pesada que ya me esta poniendo incomoda por lo que no puedo evitar moverme en el sillón y jugar con mis manos en un intento de enfocar mi mente en otra cosa; el presidente siguió mirándome fijamente mientras tomaba lo que parecía ser café en una de las tantas tazas que mamá coleccionaba.

Mis hermanos estaban sentados en la sillas del comedor observando la escena, ellos se notaban aburridos e incomodos, mis padres por su parte estaban sentados en las sillas que se trajeron desde el comedor y los únicos que estábamos sentados en los sillones era el presidente, también el que parecía ser su asistente y yo, todos estábamos en un incómodo silencio que parecía no tener fin; en estos momentos y por culpa de lo que pase con Neal no tengo cabeza ni ánimos para aguantarlo, aún no tengo idea de que hace en mi casa tan tarde y sobre todo no me siento con ánimos de estar aquí, lo único que quiero es estar en mi cuarto y poder descansar para olvidarme de la horrible pesadilla que Neal me hizo pasar.

—¿No cree qué es muy tarde para andar en la callé? — su pregunta me confundió, porque por un momento sentí como si mi padre me estuviera regañando por llegar después de la hora que me indico.

—No es mi padre —contesté con descaro —. Así que no le debo cuentas.

—Tienes razón —el presidente sonrió —. Sin embargo, la calle a estas horas es muy peligrosa y no me gustaría que nada le pasará —sin duda el presidente es la representación de la hipocresía andando y con su comentario no pude evitar reírme, es irónico que él me diga eso.

—Entonces creo que alguien no esta haciendo bien su trabajo —no pude evitar sonreírle.

—Eider —me regaño mamá.

—¿A que te refieres jovencita? —el presidente se cruzo de piernas y me miro atentamente.

—Acaba de decir que la calle no es segura para que ande —estaba disfrutando tanto esto —. ¿Quién es el líder encargado de mantener la seguridad? —pude ver en el rostro del presidente que entendió lo que quería expresar y el enojo fue visible, pues al instante dejó caer la taza contra la mesa —. ¿No es su trabajo garantizar la seguridad?, usted es el líder, debería decir que las calles son seguras a esta hora por su arduo trabajo, no lo contrario.

—Suficiente —las verdades duelen y al parecer al presidente no le gustó que le dijera las suyas —. Veo que vas a ser todo un reto niña —al parecer ya no soy jovencita —. Esta vez dejaré pasar tu impuntualidad...

—No recuerdo que tuviéramos una cita —lo interrumpí.

—Es normal que un día después del concurso visite a los ganadores —su tono era de obviedad como si me estuviera recordando algo, pero al parecer el que no recuerda aquí las cosas es él.

—Tiene razón, como gano el concurso cada año debo de recordar los detalles—dije de forma irónica —. No recordaba que hoy me debía de visitar, una disculpa.

—Basta de tonterías —respondió enojado —. Mañana vendrá el sr. Rodríguez por ti y todas tus cosas —mencionó, ¿realmente vino hasta mi casa nada más para decirme eso? —. Mañana mismo te mudaras con tu pareja ganadora y la bebe.

—Está bien —no discutí porque realmente ya me sentía cansada de todo este tema y pelear sobre eso solo seria desperdiciar tiempo y saliva.

—Mi asistente programará con tus papas la cena oficial que se celebrará en la casa rosa —yo solo asentí —. Ahora todos fuera, necesito hablar a solas con ella.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2022 ⏰

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