No tengo familia, te extraño abuelo

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Sebastian entró a la habitación de Lucía y se sentó en la cama, Lucía se tomó una ducha y se cambió de ropa en el baño.

-Ya…estoy lista.

-Bueno, te ves muy linda.

-G…gracias…-se sonrojó.

-Ja, ja, ja, vale, pues… ¿Vamos?

- Verdad, ¿a dónde quieres ir?

-No sé, salir un rato a caminar, comer algo… tú dime.

-Sí, me gusta la idea, pero… ¿es por algo en especial?

-No, salir un rato…y hablar contigo…de algo.

-Bueno, me parece bien.-le sonrió.

-Ok, ¿vamos?- le abrió la puerta y bajaron las escaleras, salieron y caminaron por la calle hasta llegar al parque, iban hablando de varias cosas, andaban por el paste jugando, se quedaban recostados en el pasto, el sol brillaba en el cielo… Actuaban de una manera diferente, ella no actuaba tan tímida como siempre.

-Ha sido divertido

-Jaja,sí… es bueno salir con amigos de vez en cuando, ¿verdad?

-Sebas, ¿tú me querías decir algo…?

-Yo- quería demostrarle la confianza entre ellos- quiero hablarte de… mi familia.

-¿Por qué?

-Nunca he hablado sobre ellos a nadie, ni nunca antes…sinceramente, siempre he mentido sobre ellos, pero…es que…no siento nada por ellos, no ahora al menos…nada.

-…- lo miró sorprendida- P…pero, ¡cómo dices eso!

-No los conoces…ni lo que han hecho.- bajó la mirada- ellos…no son mi familia, no los considero así, ni aunque de verdad lo sean…

-Dime por qué, Sebas…-lo miró con tristeza.

-Sí, porque quiero hablar con alguien de confianza…Lucy, verás, te diré todo lo que no le he dicho a nadie jamás, todo lo que hace que los odie…

-Bueno, te escucho, Sebas…- puso su mano en el hombro de Sebastian.

-Según mi abuelo, que murió hace 4 años, cuando nací…trataron….trataron de venderme…

-¿¡Qué?! ¿C…cómo? ¡Son tus padres!

-Más o menos ya entiendes por qué los odio, sí… él fue quien los convenció de quedarme. Me dolió leer eso en su testamento, ahí me reveló muchas cosas…Cuando era niño nunca tuve la atención de ellos: siempre se fijaban en los estudios de mis hermanos para que fueran profesionales de primera o algo así, siempre fue mi abuelo quien me cuidó. Yo lo quería mucho a él, sentía celos de mis hermanos, pero apreciaba mucho a mi abue… Pasó el tiempo, quise tener su atención, así que traté de ayudarlos con sus trabajos y negocios, claro nunca me dejaron, tenía 8 años…Cuando mi abuelo murió yo morí con él, tenía  11 años y me sentía vacío por dentro: la única persona en mi familia que me apreciaba ya no estaba viva. Me sentía solo, aunque tenía varios amigos. Mis padres por primera vez se fijaron en mí y vieron que estaba mal, me invitaron a ayudarlos, a tratar de “ser una familia”…. Yo acepté, claro, al fin tenía la atención de ellos…

-Pero…y, ¿qué pasó? ¿Todo estaba bien?

-Exacto, yo también pensaba eso…pero no, unos meses después de su muerte encontré su testamento escondido en unos libros que él tenía guardado.-sacó en papel doblado del bolsillo de su chaqueta.

-¿Ahí lo tienes?

-Sí, es lo único que me queda para recordarlo, pero esto fue lo que me hico conocer “mejor” a mi familia…Cuando lo leí por primera vez, -desdoblaba el papel- fue esto lo que más me llamó la atención:

“Sebastian, con esta carta quiero decirte que no debes confiar en tu padre, ha cometido demasiados errores en su vida, tu madre no ha podido hacer nada y ahora está encerrada con él. Tu padre ha hecho cosas increíblemente malas…”

Y más adelante:

“Ha trabajado en empresas sucias y deshonestas , no seas como él, Sebastian, aléjate de él tan pronto como puedas, de él y de sus negocios y sus trampas, eres el único en esta familia en el que sé que puedo confiar. Sebastian, cúmplele ese deseo a este pobre viejo que con sus últimas fuerzas te escribe esto.

Nunca cambies, eres un buen chico.

André Miller”

-Tu abuelito te conocía muy bien- rió suavemente.- y, claro, si él fue quien te crió…

-Ja, ja, sí…lo quiero mucho aún.

-¿Sabes? Sin ofenderte, ¿pero cómo aseguras que lo que te dijo tu abuelito era verdad? Por favor no te ofendas.

-Ah…bueno, no te preocupes.-le sonrió-Verás, hace unos años vi a mi padre hablando con un tipo vestido completamente de negro, hicieron unos tratos… no sé, algo sobre su negocio, cosas a las que ya no le daba importancia… y me ofreció como una especie de paga o conejillo de indias, no sé la verdad…

-Oh…- se quedó boquiabierta, no entendía cómo era posible que esa familia fuera la de alguien que se ve tan normal y tranquilo.

-Por eso mis padres y hermanos quieren que regrese, a “ayudarlos a salir de su problema”, y por eso también es que yo me he alejado de ellos… vivo en el mismo hotel en el que trabajo para pagar mi habitación , y ellos viven en una mansión al otro lado de la ciudad…lo únic que les acepto es que pagaran mis estudios, hasta que acabe la secundaria, ja, ja… No quiero nada con ellos.

-Sebas, sabes que estoy para apoyarte, así como tú conmigo, ¿no?

-Cierto, - le dio un beso en la mejilla- gracias, Lucy.

-Y… ¿De qué era el trato?-Él lo sabía, pero no quería seguir con eso.

-Ah, nada…No llegué  a escuchar muy bien, olvidemos esto por ahora, ¿vale? Vamos a comer, ¿qué opinas?

-Suena bien, vamos.

A Través de la VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora