No matarás

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Estaba en su casa dos días después, como siempre no hacía nada más que escuchar música y ver por la ventana de vez en cuando. Veía el parque mientras sonaba Clint Eastwood de uno de sus CD’s cuando su celular empezó a sonar, estaba tirado en el colchón. Lo levantó y contestó.

-¿Sí?

-Hola Sebastian.

-Esa voz… ¿Lo conozco?

-Hace unos días, en el parque, ¿lo recuerdas, muchacho?

.Ah, sí… ¿Qué quiere conmigo? Pensé que ya le había dicho que no tengo nada que ver con mi padre…

-Lo sabemos, y por eso queremos que nos ayudes.

-¿Sabemos? ¿De qué rayos me habla? (Quiénes saben qué?

-Mira, no puedo explicarte todo en este momento, Sebastian. Sólo puedo decirte que queremos que tu padre deje sus “negocios”. Si al menos conoces en qué trabaja, sabrás en qué trabajo yo y para qué lo queremos… No hace muy “buenos” trabajos, que digamos.

-Lo sé…

-Pues, bien, sólo te diré que estaremos en contacto. Desde ahora no tendrás problemas como antes, ¿vale?

-¿Problemas…? ¿Pero qué?

-Sabemos de unos líos que te han dado los “colegas” de tu padre, y sus negocios también, muchacho…Ya puedes estar tranquilo.

-Vale, suena bien pero…¿Hola?...¡¿HOLA?!- Había colgado. Siguió con su rutina, ya iba por el segundo single y simplemente no dejaba de disfrutar la música. Al terminar prendió el pequeño televisor que tenía. Pensaba en cada segundo que pasó con Lucía, y todas las cosas que hablaron, simplemente ya tenían confianza entre ellos.- ¿Seremos…pronto…algo más que solo amigos?-pensaba.

Tenía hambre, simplemente salió a comprar algo, lo primero que encontrara en su camino y para lo que le alcanzaran el dinero que traía en su bolsillo, aprovechando también que quería tomar aire. Andaba por unas calles cerradas, ya estaba oscureciendo… fue acorralado, habían tres tipos que salieron de un callejón.

-Hola, chico, ¿qué te trae por aquí?

-¿Yo? Nada, ¿tú?

-Oye, a mí me hablas bien- lo golpeó en el estómago- idiota.- entro dos lo tomaron de los brazos.- Parece que no tienes a dónde ir, mocoso... Ahora déjame pedirte un pequeño donativo.-se puso a revisar sus bolsillos. Sebastian le dio una patada en la quijada. Cuando estaban a punto de darle una paliza, entre las sombras sonó un gatillo, un disparo y el tipo calló desangrando.

-Pero… ¿QUÉ MIERDA?- no sabía que estaba pasando, Sebastian se quedó viendo mientras que los otros dos tipos huían de aquel lugar.

-Ho…hola….Sebas… Qué gusto verte…de nuevo… ¿Sabes? Es la primera vez que estreno a este pequeño amigo… se siente bien, ¿eh? … me la dieron, con confianza, de que la usaría bien … -apuntó hacia Sebastian , y volvió a ver el arma de cerca.- No te haré nada, jaja…tranquilo, solo… quise sentirme…como… un.. una especie  de héroe… así lo hacen los policías…¿uh?... Sé que es raro ver a alguien que te golpeó… con un arma, frente a ti… pero solo quise…demostrarte que… estoy para ayudarte… amigo…

-¿A… Andrés…?

-Sí jajaja….soy yo…-dejó caer el arma y cayó arrodillado.- Tío…en serio, perdón por todo..sé que…quieres a Lucy, y mucho, y está bien pero…

-Lo sé, ella… me contó.

-¿Sí? Bueno….es raro que lo sepas

- Ja…j aja…eh… sí, pero no te preocupes.

-En serio, perdón Sebas…perdóname

-Oye, tranquilo…espera, no sabía que tenías acento español…

-Jajaja, ¿eso? Todos en la familia somos españoles, pero a mí se me nota cuando estoy nervioso… si alguna vez me encontráis así como estoy ahora…es común que se me note… jaja…

-Eso es raro… Y vámonos, necesitas tranquilizarte, sería bueno hablar con Lucy, y deberías ver a alguien… vamos-le extendió la mano y lo ayudó a pararse, tomó el arma y la guardó.- No es buena idea que encuentren esto aquí.

-Tío, no matas gente todos los días…  

A Través de la VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora