Capitulo 23: Combate final

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Percy y yo nos escondimos tras una columna esperando a que los demás atacaran, de pronto una flecha de Seth apareció surcando el cielo e impactó en el ojo de Tifón. El monstruo rugió de dolor y se sacó la flecha, Annabeth, Nico, Grover y Seth se acercaron para luchar contra él.
-Vamos Ana.-dijo Percy y ambos subimos los escalones hacia el templo, de pronto aparecía totalmente restaurado y en su máximo esplendor, incluso tenía unos enormes portones de madera y oro. Percy y yo nos paramos en la puerta y nos miramos sorprendidos.-¿Tu también lo ves?
-Si.-respondí secamente.
-Me alegro.-dijo y fue a abrir la puerta.
-Espera Percy.-dije rápidamente y agarré su brazo, él me miró directamente y unos segundos después pareció entenderlo.-Lo siento tío.-le golpeé con la otra mano lo más fuerte que pude en la cara y él cayó de redondo al suelo. Pasé por encima suya, abrí la puerta, entré y lo cerré tras de mí bloqueándolo con una flecha de hierro que convoqué en mi mano.
-¡Ana abre!-gritó el hijo de Poseidon al otro lado y yo pegué la frente a la puerta.-Ana por favor dejame ayudarte.
-Lo siento Percy, diles a todos que los quiero.-dije mientras una lágrima de impotencia caía por mi mejilla.
-¿Has venido a afrontar tu destino?
-He venido a que tu afrontes el tuyo.-dije cogiendo aire y cargando una flecha en mi arco que apareció en mi mano de la nada. Apunté justo al trono al final del largo pasillo central del templo, no había nada allí, di unos pasos y me fijé en las columnas a mis costados.
-He reformado esto un poco a mi gusto, al fin y al cabo lo acabaré destruyendo una vez acabe con vosotros.-la voz vino de mi derecha, apunté allí pero no había nada tampoco.
-Que valiente por tu parte esconderte tras las sombras.-dije girandome rápidamente hacia el trono de oro de nuevo.
-¿Quien dice que yo me escondo?-me di la vuelta rápidamente y él apartó mi flecha con su mano, la disparé pero fue a parar al techo, me quitó el arco y lo tiró, me golpeó las costillas con la pierna y paré con golpe contra mi cara. Golpeé su cara con la cabeza, le di un puñetazo en el pómulo que él respondió con un derechazo en la mejilla. Fui a golpear de nuevo pero fue más rápido que yo por una vez en su vida. Mi padre me agarró de las manos y me golpeó el estómago con ambos pies mandándome contra el trono de oro.
-Joder...-susurré tomando aire, escupí la sangre de mi boca y observé el otro hecho añicos, me levanté poco a poco y miré a mi padre por detrás de mi. Tenia los ojos dorados y rojos, era mucho más fuerte y poderoso, lo había notado en sus golpes. Aún así el también sangraba y yo sabía que mis golpes también dolían.
-No esperabas que fuera tan fuerte, ¿no?-dijo caminando hacia mi.- Ventajas de trabajar con Cronnos.-me agarró del hombro y me levantó, yo choqué una muñeca con la otra y agarré mi espada con la mano libre para lanzar un mandoble. Él retrocedió rápidamente, volví a lanzar otro golpe y corté en su hombro derecho, de pronto un dolor atroz se manifestó en mi hombro derecho, me eché mano a él y descubrí un corte. Mi padre no me habia tocado, era imposible que hubiera sido él, subí los escalones del trono de nuevo y pensé.
-Por eso aún no me has matado.-dije como en un susurro al darme cuenta de la respuesta, al darme cuenta de que había sido estúpida todo este tiempo. Su objetivo no era matarme, sólo capturarme.
-Callate.-me ordenó con voz firme y yo reí.
-Tu plan se ha ido a la mierda ¿no?-apretó la mandíbula con rabia y yo volví a reír con sequedad. Él avanzó hacia mi y me agarró de un brazo lanzándome bajo los escalones, yo me levanté y lo golpeé con el puño de la espada en la espalda. Mi padre retrocedió y yo me corté en el antebrazo comprobando que era real, un corte se produjo en el antebrazo de mi padre. Si yo vivía él vivía, ninguno saldría vivo de aquí esta noche. Lo miré con una media sonrisa y levanté mi espada, le di la vuelta haciendo que su punta apuntara directamente a mi estómago, él corrió hacia mi y colocándose en mi espalda agarró mis brazos evitándome dar el golpe. Vi mis ojos rojos reflejados en el dorado de la espada. Nunca pensé que después de tanto luchar el último mandoble que diera sería contra mi misma. Tomé todas mis fuerzas y vencí a mi padre clavando la espada en mi pecho atravesandonos a ambos.
-No...idiota.-dijo él con la voz ahogada y yo sonreí. Saqué la espada chorreando de sangre y ambos caímos al suelo, mi padre se arrastró escalones abajo y yo me quedé allí tirada junto al destrozado trono. El dolor era atroz pero la paz que me inundaba era agradable, estaba muriendo pero merecía la pena. De pronto escuché un gran golpe en la puerta y mis amigos entraron en tromba en el templo, de pronto se había convertido de nuevo en el templo en ruinas y ya no había ni trono ni escalones, tan sólo escombros y polvo.
-¡Ana!-gritó Annabeth y pronto estuvieron a mi lado, Percy se quedó de pie observándome, Annabeth se arrodilló a mi lado y apoyó mi cabeza sobre sus rodillas, Seth puso sus manos sobre la herida en mi estómago.
-No, no, no...-susurró él con rabia e irá, se negaba a dejarme ir y yo no quería dejarlo pero era lo que debía hacer.-No me dejes Ana, por favor.
-Seth está bien, todo está bien.-le dije e intenté sonreír pero un punzante dolor en la herida me hizo hacer una mueca extraña.
-Sabías que esto acabaría así ¿verdad?-preguntó Annabeth acariciando mi cara y yo asentí. Ella tenía los ojos inundados pero no lloraba, quizás para que yo no estuviera aún peor, para reconfontarme en este mar de dolor.
-Lo siento, pero esto era lo que debía pasar. Os quiero, pero he de irme.-agarré la mano de Seth con las pocas fuerzas que aún me quedaban. No podía curar esa herida y lo que era peor, no debía hacerlo.
-No, por favor quedate conmigo.-dijo haciendo más presión pero sus manos se mancharon aún más de sangre, mi vista comenzó a nublarse y la cabeza comenzaba a estar en otro lado.
-Nos veremos en el Elíseo...-entonces dejé de apretar su mano y mis ojos se cerraron.

Recomiendo escuchar este cap con la canción que puse el cap pasado.

Ana White Hija de Athenea 4: Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora