Capitulo 19: Viaje

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A la hora de comer Percy y yo fuimos juntos al comedor, por el camino me paré ha hablar con Quirón.
-¿Algun licantropo?
-Cuatro manadas, Seth y Blade se han encargado de colocarlos por el campamento.-yo miré al suelo sorprendida, no creí que tantos licantropos se unieran a nuestra causa.
-Genial, Apolo vendrá mañana a por todos nosotros, la batalla será en la mismísima Atenas.
-Preparare todo. ¿Tienes alguna estrategia ya en mente? Tendrás que presentarla ante los líderes.
-Si, tendremos aún más refuerzos en Atenas, las cazadoras y espero que una amiga mía nos echen una mano.
-¿Que amiga?-preguntó el centauro interesado.
-Su nombre es Pólvora, la conocí en el Bosque de la Quimera, espero nos preste su ayuda y la de unos cuantos grifos.
-¿Grifos y semidioses?
-Te sorprenderia lo que la capacidad de un líder es capaz de hacer.
-A estas alturas, ya nada me sorprende.-le sonreí y ambos llegamos al comedor.

Tras la comida preparamos todo para marcharnos a la mañana siguiente bien temprano, pronto llegó la noche y con ello la hoguera del campamento. Me senté junto a Seth, el cual estaba con su manda (Tom, Tania y Soraya, a los cuales ya había saludado), Annabeth y Percy.
-¿No echabas esto de menos?-me preguntó Seth abrazándome por la espalda y apoyando su cabeza en mi hombro.
-Es como preguntarle a un soldado si echa de menos su hogar en la batalla...-le respondí y él me besó la mejilla.
-Estás hoy metafórica ¿no?-bromeó Annabeth.
-Siempre lo estoy hermanita.-le respondí y le guiñé un ojo, los cuatro reimos y Seth me abrazó aún más fuerte. Era doloroso el pensar que no volvería a vivir algo como esto, basicamente sería la última vez que Seth y yo disfrutáramos de esta forma.

A la mañana siguiente todos estábamos en pie a las cinco de la mañana, yo me encontraba en el prado esperando a Apolo junto a Quirón y a Percy.
-El Dios más veloz de todos llegando tarde, ¿donde se ha visto eso?-dijo Percy y yo sonreí de lado.
-Ahi viene...-Quirón señaló al otro lado del cielo y vimos una enorme autocarabana de lujo cruzando el cielo, descendió en nuestra dirección como una bala, la autocarabana aterrizó dejando un rastro de fuego en lugar de un frenazo. Todos nos quedamos expectantes para ver que salía de ella, de pronto la puerta se abrió y un chico de unos 17 años, rubio, con gafas de sol y muy atractivo salió de ella.
-El transporte ya ha llegado.-dijo quitandose las gafas con chulería.
-¿Como pretendes meter a todo nuestro ejército ahí?-pregunté mirando la autocarabana de arriba a abajo.
-Ay...hija de Athenea no todo es lo que parece.-abrió la puerta y me invitó a asomarme, meti la cabeza por la puerta y el interior de la autocarabana parecía un crucero cinco estrellas.
-¡Joder!-grité impactada y él sonrió con chulería.
-Te dije que nada es lo que parece. Distribuye a tu gente pero que sea rapidito, el sol no puede atrasarse.-asentí y sonreí.
-¡El armamento pesado en la planta baja, las armas en la primera y luego distribuiros por cabañas y las manadas igual en la segunda y tercera planta! Rápido chicos, no tenemos todo el día.-pronto comenzamos a meter cosas por una especie de maletero de la autocarabana que parecía la puerta elevadiza de un avión jumbo.
Los griegos éramos eficientes trabajando y en menos de diez minutos todo estaba cargado y los soldados metidos en sus camarotes. Nos habíamos metido en el puesto de máquinas con Apolo, Annabeth, Percy, Quirón, Seth y yo.
-Agarraos chicos, este viaje va a ser movidito.-yo me senté en una de las esquinas con la espalda apoyada en la pared y me agarré al suelo con las garras.
-Percy me contó su último viaje contigo, sinceramente prefiero estar preparada.-dije y todos reaccionaron y se agarraron a lo que pudieron. Seth se sentó a mi lado y agarró mi mano.
-¿Ese anillo? Te has prometido con otro chico en este tiempo y no me lo has dicho.-bromeó él y yo reí.
-No, Tyler no mereció tanto...-respondí despreocupada y Seth me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Quien cojones es Ty..?-de pronto el barco dió un aceleron que nos impulsó contra la pared de golpe. Yo reí al ver la frustración en los ojos de Seth y a la vez me pareció súper adorable su reacción, se había puesto celoso de algo que ni siquiera conocía, era genial, por desgracia también estaba a punto de terminarse.

El aterrizaje fue forzoso, como no cabía esperar menos, nos dejó en una colina al norte y nosotros nos montamos allí un mini campamento mestizo. Pronto mi vieja amiga apareció con refuerzos sobrevolando nuestro campamento.
-¡Apuntad!-escuché a Will Solace, yo corrí hacia él y le bajé el arco de un tirón.
-¡Que nadie dispare! Son aliados.-los arqueros bajaron sus armas y me miraron.
-Son grifos, nosotros no trabajamos con ellos, más bien ellos nos zampan.-me dijo Will.
-Si prestarás atención verías que no son grifos, son hipogrifos.-él volvió a levantar la cabeza y los observó con más detenimiento, yo me aparté a un claro más despejado y chiflé con los dedos en la boca para que Pólvora me viera, no tardó en hacerlo y en descender volando. Le acaricié la cabeza y sonreí.-Pensé que te había perdido la última vez en la batalla contra Tifón.
-Lo mismo digo.-respondió ella en mi cabeza.

Después del almuerzo los líderes nos reunimos para concretar la estrategia de lucha, habíamos mandando a un par de espías que ya habían traído información de vuelta.
-¿Cómo sabemos que los licantropos o los hipogrifos no se volverán contra nosotros?-preguntó el líder de la cabaña de Iris.
-Porque yo os doy mi palabra.-respondí firmemente.-Ahora atentos. Según nuestros espías ocupan la zona del Parthenon, a la paz sus alrededores, han ido provocando accidentes por todas partes y tienen casi toda la ciudad en ruinas.
-¿Qué propones?-preguntó Percy.
-Conozco bien aquella zona,-agarré un papel y un lápiz que había sobre la mesa.-Tenemos dos bloques de pisos que flanquean la calle entera,-dibujé dos cuadrados a izquierda y a derecha, y arriba un rectángulo horizontal.-luego hay un espacio bastante grande de por medio,-señalé el hueco entre los dos cuadrados.- podemos usarlo como campo de batalla, si los emboscamos ahí con nuestros arqueros colocados en los bloques de pisos será como coser y cantar.
-Nuestros espías han contado con muchos de ellos, podrían incluso acabar con nuestros arqueros.-añadió Will.
-No si nos encargamos bien de ellos, disponemos de 21 licantropos y 17 hipogrifos, pues quiero un arquero en cada hipogrifo y un lancero en cada licántropo. No son caballos, son mejor que ellos.
-No está mal.-dijo Clarisse.-Mis hermanos podrían ser una buena combinación con esos lobos...
-Eso mismo pensé yo, ¿crees que estarán dispuestos?-pregunté.
-Somos hijos de Ares, todo lo que sea la lucha nos gusta y más aún sobre enormes lobos de dos metros.-dijo Clarisse y yo sonreí.
-Genial. Solace, necesitaré también a tus arqueros, dividelos en tres grupos, dos grupos de unos 10 y otro de 17 obligatoriamente.
-Hecho, pero, ¿dónde negó a tu novio?-preguntó con una sonrisa, algunos en la sala cuchichearon y otros rieron, yo sonreí de lado.
-Él y otros semidioses formaremos parte de un equipo estratégico.-respondí.
-¿Cómo?-preguntó Quirón alarmado, también me fijé en como me estaban mirando Percy y mi hermana.
-Habrá un equipo especial, formaremos parte de una avanzadilla, mientras los monstruos están ocupados con vosotros a este lado,-señalé el dibujo.-Nosotros iremos por detrás del bloque. Conozco esas calles, conozco los puntos perfectos para escondernos y se de un local que seguirá abierto, su sótano puede llevarnos hasta justo en frente del Parthenon y salir por ahí.
-Será muy peligroso.-dijo Quirón con desaprobación.
-Dime una sola guerra que no haya sido peligrosa.-repondi y Quiron bufó.
-¿Quienes formarán esa avanzadilla?
-Adivina...-susurró Clarisse y yo reí.
-Percy, Annabeth, Seth, Nico, Grover y yo. Necesito a los mejores semidioses pero no puedo dejaros sin ellos.-respondí mirando a Quirón, él era el único que me costaría convencer, así que debía parecer convincente.
-Está bien.-respondió y yo sonreí.-¿Cuando atacamos?-preguntó el centauro y no pude contener la emoción, mi plan había convencido, había demostrado ser una inteligente hija de Athenea.

Ana White Hija de Athenea 4: Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora