Capitulo 13: Heroína

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Frío, dolor, oscuridad. Era lo único que tenía lugar en mi en ese instante, no sentía nada más que eso. Pero de pronto, todo cambió. Calor, bienestar, luz.
-¡Joder!-abrí los ojos rápidamente y me encontraba en un sitio fácilmente reconocible, el ascensor al Olimpo. Estaba sola en ese cuadrado lujoso pero claustrofóbico para mi en ese instante, intenté calmar mi respiración y me puse de pie. Un tintineo llamó mi atención, me miré de arriba a abajo a mi misma y vi que estaba vestida con un vestido blanco que tenía un corte en una de mis piernas enseñando desde la parte baja del muslo hasta el tobillo izquierdo donde calzaba unas chanclas marrones de cuero con los pies descubiertos que cruzaban por el empeine. Era un vestido sin mangas con una correa de cuero marrón que caia hacia el lado derecho de mi cintura, a demás de unas cuantas pulseras que adornaban mis muñecas, incluidas las de Athenea. "Pim" se escuchó el ascensor y dejó de subir, las puertas se abrieron y allí estaban los monigotes de oro de Hera.
-¿Otra vez vosotros?-pregunté y al instante cada uno me agarró de un brazo, me sacudí y me solté.-Se caminar.-dije enfadada y ellos me dejaron caminar hasta el palacio del Olimpo. Al llegar los Dioses estaban allí reunidos, todos con su tamaño real, es decir, unos 10 metros de alto, sentados cada uno en su trono. Yo me planté en mitad de la sala frente a Zeus sin ningún temor.-¿Estoy muerta?-pregunté sin más y reinó el silencio, los Dioses me miraron como si acabarán de darse cuenta de que yo estaba allí.
-Ana White...-dijo Zeus atusando su barbilla en inclinándose hacia delante en su trono.-No, no estás muerta.
-Es un alivio saberlo.-susurré y pude relajarme un poco.-Entonces, ¿qué hago yo aquí?
-Necesitábamos hablar contigo.-dijo Zeus.
-Pues se me pide un hueco en mi no apretada agenda y vengo a veros, pero no se me arrastra de yo no se donde y se me trae con estas pintas...Por cierto, ¿y mi ropa?
-¡No oses ser tan insolente! Seguimos siendo tus Dioses.-gritó Zeus y un trueno golpeó el Olimpo iluminándolo.-Tu ropa sigue en tu cuerpo, lo que hay ahora mismo aquí, no es tu cuerpo, es tu espíritu griego. De ahí esas ropas típicas griegas.-asentí y di un paso atrás para poder ver mejor al resto de los Dioses.
-¿A qué viene tanta reunión por mi? ¿A caso hice algo malo? Otra vez...-añadí.
-No, esta vez no hubo forma de evitarlo, pero podemos remediarlo.
-¿A qué te refieres Zeus?-pregunté sin rodeos.
-Tu padre va a usar la sangre que ha arrebatado de tu cuerpo para levantar a Cronnos de nuevo.-respondió el Dios del rayo y yo me quedé estática.
-Pero...debe de haber alguna forma de evitarlo.
-La hay, tu padre no sabe que tu sangre estaba envenenada por el muérdago, así que no conseguirá despertarlo del todo.
-Pero hará lo posible por hacerse con mi sangre sana.
-No es del todo así. Tu sangre envenenada puede mantener a Cronnos vivo y algo más poderoso en el interior de un cuerpo...
-El de mi padre.-añadí y Zeus asintió.
-Pero no puede obtener su cuerpo completo si no posee más de tu sangre. Pero hay un problema.-lo miré con duda.-Ahora tu padre, Cronnos y tu compartiís una conexión, una conexión de sangre. No sabemos como puede reaccionar esa conexión entre un titán, un licántropo y una semidiosa alfa.
-Me imagino que nunca habrá pasado.-Zeus asintió.
-Pues no, no ha pasado nunca. Pero tenemos un solución ya que hay algo asegurado White.-Zeus se inclinó más hacia delante mirándome fijamente.
-Si yo muero, Cronnos y mi padre también.-respondí como si esas palabras hubieran llegado a mi mente solas, miré a Zeus que volvió a apoyarse en el respaldo de su silla con el semblante serio. Llevaba razón y al parecer a los Dioses no les gustaba la idea de que yo muriera.
-Se está preparando una batalla, Cronnos esta preparando un ejército a través de tu padre. Debemos estar preparados para una guerra dentro de poco tiempo, y creemos que este lugar será el campo de batalla.-extendió la mano y de ella apareció una niebla que dibujó la silueta del Parthenon de Arenas. Miré a Zeus y asentí para que entendiera que sabía donde era.
-Tu debes guiar a los semidioses a la victoria, tu debes enfrentarte a tu padre y a Cronnos. Tu acabarás con ellos y contigo misma a la vez.-pronunció Apolo como si lo tuviera ensayado.-Tu has de ser la líder, la alfa.
-Debes volver a tu cuerpo, recupérate, prepara tu propio ejército y vence a Cronnos, y...-me mandó Zeus.
-Muere como una heroína.-añadí.-Eso haré.-respondí y los Dioses se quedaron atónitos, si, había aceptado que iba a morir, ¿y por qué no hacerlo? Los héroes nacemos para esto, para morir, como héroes a poder ser, pero todos nacemos para morir.-En ese caso, nos vemos dentro de poco Dioses, en unos días descansaré en el Elíseo.-miré a Zeus y este asintió como si me dijera "Eres valiente niña loba." me giré y pude ver al resto de los Dioses con la misma mirada, incluida mi madrina Artemisa. Sin embargo mi madre parecía más triste que orgullosa, quizás mi madre había olvidado que hacia tiempo que había dejado de ser tan sólo una "humana" normal del pueblo de Coram, hacía mucho que me había convertido en una heroína.

LA COSA SE PONE INTERESANTE! Muy buenas mis semidioses, vamos llegando al final de la aventura poco a poco y los cabos se van atando. ¿Creeis que Ana morirá al final o será salvada por algo? ¿Creeis que se despedirá de los demás antes de su fatídico final?
Si tenéis más preguntas hacedlas eh, estoy abierta a sugerencias. Una vez as gracias por leer y espero OS esté gustando. Ya sólo quedaran 5 o 6 caps asi que disfrutad.
Pd: Estoy intentando hacer un maratón final, serían de unos 3 caps que sería por fin l final de esta "saga".

Ana White Hija de Athenea 4: Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora