Un amor puro

Chocolates

Tenía que darle los chocolates a Lei, pero desde que se preocupo por mí se me ha hecho más difícil hablarle, me pongo nerviosa y con solo mirarlo se me llena el estomago de mariposas. Es una extraña sensación pero tenía que dárselos pero... ¿pensara que me gusta? ¿y si ya sabe que me gusta? No, tranquila ¿Cómo podría saberlo? Pensé y se los daría cueste lo que me cuesta.

Han pasado dos días y aun no he podido dárselos ¡¡¡qué me pasa!!! Hoy si que sí. Terminaron las clases y me acerqué a él con los chocolates en la mano. Se los acerque y solo dije- esto es por preocuparte por mí el otro día- mi cara estaba roja y mi mirada estaba abajo, tomo los chocolates y solo dijo – gracias- quise mirarlo y!!! Su cara estaba roja ¡¡¡... ¿estaba nervioso? ¿Qué le ocurría? Pero disimulé y sonreí. Solo seguimos caminando y de repente abrió la caja y comió uno a uno hasta que solo quedaba uno, me miro y dijo – abre la boca y cierra los ojos- lo hice pero solo para saber lo que me haría. Sentí que algo entro en mi boca, en mi cabeza todas las ideas estaban desordenadas pero sentí un sentimiento de alegría porque cada vez sentía más cosas por Lei...