Asier
13. ¿Donde esta?
Oh, maldita luz. Porque me tenía que pegar justo en el rostro. Esperaba que solo fuera de momento pero ya me estaba calentando la piel, hasta me podía hervir la sangre. Parecía que nunca lograba dormir tranquilo. Si abría los parpados iba a ser real la jaqueca que se me estaba formando.
—¡Joder! —me había caído un baño de agua fría levantándome de golpe.
—¿Esa es tu forma de decir Buenos días? —Dijo la chica que estaba parada frente a mi —. Rápido, levántate, tienes que irte ya —empezó a empujarme hacia un pasillo y de ahí di con una puerta.
—¿Qué demonios? ¿Quién eres?
—Tremendo que eres, Asier. ¿Me estas tomando el pelo? —ni de coña se lo estaba tomando, miré su esbelta figura y no cabía duda, no sabía quién era esta chica. Ni si quiera reconocía esta casa, al parecer me había divertido con los tragos anoche.
La chica me miraba furiosa, y no dejaba de mirar el reloj de su muñeca. ¿Qué hora serian?, no había bebido más de la cuenta desde hace años, esto era una situación de mierda. Pero la chica por otro lado estaba bien buena, ese pelo corto oscuro y ese rostro perfilado, se veía bien mona con esos vaqueros y ese suéter carmín, estaba cubierta y aun así se veía increíble.
—¡Hey! Reacciona...—chasqueó sus dedos —. No tengo tiempo, pasaste la noche en mi sillón muñeco, y necesito que te vayas porque van a llegar los agentes de la universidad a hacerme una entrevista. Me marcas luego, guarde mi número en tu celular, toma —me entregó mi móvil y cerró la puerta del tiro.
Giré sobre mis talones a la calle, esta dirección no me la sabía. Tiré mi vista a la acera y no encontraba mi moto por ningún lado. Lo que faltaba, me la habían robado, tendría que tomar un taxi para regresar a casa. Caminé hasta la calle para tomar uno y vi el audi que estaba estacionado, este auto era de... ¡Rayos! ¡El carro de la novicia! Había usado su coche para ir a la fiesta y para venir a este lugar igual. Pero si yo me había traído el auto, ¿la había dejado tirada en el bar?
Busqué en los bolsillos de mis pantalones las llaves, di con ellas y apresuré el paso hasta el carro quitándole el seguro para ir de inmediato al bar. Solo a mí se me ocurría hacer esto, no había tenido que estar pendiente de alguien en ninguna fiesta. La novicia iba a matarme, si no era que ya había ido a la policía para decir que me robe su coche.
No creía que en verdad hubiera hecho eso.
Salí de la calle y torpemente use el GPS del auto para poder ubicar donde estaba, por suerte, cerca del bar, no me tomaría un par de minutos llegar hasta ahí.
Llegué y estacioné el auto sin previsiones, bajé de inmediato. Iba a paso rápido cuando me detuve, no tenía porque ir a paso rápido. Era cierto, me había pasado dejándola tirada y tomando su coche, pero después de todo yo le estaba haciendo un favor a la novicia. Bufé y sacudí mi cabello, seguro tenía un aspecto de vagabundo. Tallé mis manos en mis ojos, volví a sacudir mi cabello y reanudé mi paso más seguro y menos como un caballo de carreras.
La puerta estaba cerrada y por eso toqué. Nadie respondía así que insistí hasta que Sandro salió en pijama.
—Demonios, Sandro. Hasta que atiendes —dije
—Asier, es muy temprano para que el bar este abierto.
—No vine por eso, vine por la novicia —le suelto, abriéndome paso para el interior del Bar. Estaba asqueroso, con vasos usados por todos lados y resto de bocadillos en la barra.
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Caramelo de Cianuro
Novela JuvenilUna chica que se siente utilizada Un chico que suele hacer lo que le venga en gana. Y un amor tan dulce como el cianuro. [StephaneGB©] Todos los derechos reservados. Registrada en SafeCreative identificador 1509285254560 Portada por:...