Conociéndonos.Parte 2 ~Haruka~

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Asintió enérgicamente sin poder dejar de sonreír, se sentía tan feliz... ¡Necesitaba dibujar! No importaba qué, mariposas, pajaritos, conejitos... Cosas lindas.

Takane se calmó casi enseguida y mientras ella encendía su consola, fue al armario de la habitación donde había guardado ordenadamente sus pertenencias, por su libreta y útiles para dibujar. También sacó su pastillero y llevó todo eso consigo de vuelta a su cama, dejando éste último en su mitad de la mesa de luz.

–¿Qué es eso?– la escuchó preguntar.

–¿Hablas del pastillero?– respondió con una pregunta, ella asintió dejando a un lado su videojuego –Me ayuda a mantener organizada mi medicación.

–¿Organizada...? Sólo son pastillas, las tomas y ya...– comentó sin entender.

–Si tienes que tomarlas todas a la misma hora sí...– tomó el pastillero y se acercó para enseñarle –Pero algunas medicinas no son diarias, otras sí lo son pero debo tomarlas antes del almuerzo, otras por la noche... Sería muy complicado recordar todo eso cada día, así que organizo toda mi semana aquí– explicó mostrándole que cada columna tenía un día de la semana escrito y por cada día tenía tres apartados para guardar pastillas, casi todos contenían una o varias pastillas.

–Qué complicado...– murmuró ella observando el curioso contenedor plástico.

–No lo es tanto una vez que te acostumbras– le sonrió –. ¿Qué hay de ti?– preguntó señalando las dos cajas que ella había sacado de su bolso un rato antes.

–Bueno lo mío es muy fácil– dijo tomando ambas cajas –. De esta debo tomar una pastilla por la mañana para mantenerme alerta, y de esta un par por la noche para poder despertar...

Aquel "Para poder despertar" que ella soltó con tanta naturalidad, logró preocuparle bastante –¿Qué sucedería si no tomas esas?

–No mucho– se encogió de hombros –, puedo dormir un par de días, a veces tres, sin despertar... Es un buen descanso pero no es bonito levantarse en ese estado...

–Pero durante ese tiempo no comes, ¿verdad?– preguntó lo obvio.

–¡Por supuesto, ¿cómo esperas que coma dormida?! Eso me debilita un poco pero no es lo peor...

–¿Qué es lo peor?

–Pues... Ya sabes, el cuerpo sigue teniendo sus necesidades fisiológicas y... ¡Arghh! ¡¿Por qué te estoy contando esto?! ¡Vete de mi cama!– lo empujó hasta lograr que él regresara a la propia.

No estaba seguro de si había entendido bien, pero... ¿Eso significaba que Takane aún mojaba la cama? Decidió dejar de pensar en aquello y tomar sus propias medicinas antes de dedicarse a dibujar.

Valiéndose de un poco de agua de su botella tomó el par de pastillas que le correspondían a esa hora, mientras veía por el rabillo del ojo como Takane bostezaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantener sus ojos abiertos y seguir jugando unos minutos más.

–¿No deberías tomar tu medicina ya?– le preguntó tímidamente, no quería que ella pasara los tres días del viaje dormida.

–Pareces mi abuela...– se quejó somnolientamente pero obedeciendo y sacando el blister de la cajita.

–Takane...– la llamó una vez que ella se comió ambas pastillas masticándolas como si fueran un chicle o algo así –Trajiste otra caja de esas, ¿verdad?

–¿Ahm...? No– respondió tranquilamente apagando su consola para finalmente recostarse en la cama.

–Pero Takane... Sólo quedan dos pastilla más ahí, y aún tenemos dos noches aquí...

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