The Dome | Maze runner| EN EDICIÓN

Capítulo 32 "Si no fuera por ti..."

-Tal y como Newt lo dijo, creo que no puedo seguir soportando esto Tom- declaré jugando con la comida que estaba en mi plato.

-Hace bastante no me llamabas de esa manera.- sonrió Thomas victorioso, yo solo reí ligeramente.

-Creo que... Creo que Newt sólo me quería por que era la única chica en el Domo. Aquí ya tiene de dónde elegir.- añadí cabizbaja.

-Hey.- levantó mi barbilla con su dedo índice- No digas eso ¿Sí? No creo que Newt fuera tan estúpido. Incluso aunque conociera a cientos de chicas, estoy seguro de que siempre te elegiría a ti, al igual que yo. Eres una chica realmente especial, desde tu carácter y forma de pensar, hasta lo hermosa que luces día a día.

Thomas tenía un brillo evidente en sus ojos. Me dolía pensar que aquella vez que hablamos en el domo sobre el enamoramiento se refería a mi, y estaba segura de que no podría corresponder su amor.

-Gracias Tom, aprecio tu opinión.

-No te desanimes por una estúpida pelea, estoy seguro de que lo arreglarán pronto.

-Eso espero- añadí desilusionada.

El día continuó tranquilo, no le dirigí la palabra a Newt ni viceversa, al parecer el orgullo se había apoderado de ambos.

Cuando la hora de la cena llegó, todos los habitantes nos reunimos en el comedor. Zed había pasado la mayoría de su tiempo a mi lado, por lo tanto se sentó a mi costado a la hora de la cena. Newt se sentó en la misma mesa, con la mirada caída y jugando con la comida que su plato contenía.

-Y ¿Cómo va todo?- interrogó Sárten rompiendo el incómodo silencio.

-Va genial- contestó Minho sin masticar aún lo que tenía en la boca- Ya tenemos decenas de estrategias.

-Nosotros no hacemos mucho- añadió Thomas decepcionado.

-¿Qué hay contigo Newt?- preguntó Sárten; el chico rubio levantó la mirada.

-Excelente, todo excelente- musitó sarcástico.

Miré a mi costado encontrándome con esos grandes ojos mieles ,pertenecientes a Zed, expresando confusión. No hice nada al respecto, si intervenía en la actitud de Newt estaba segura de que provocaría otra pelea.
Zed coloco su mano sobre la mía, que estaba posada sobre la superficie de la mesa, y la acarició con cuidado tratando de confortarme.

-¿Podrías retirar tu mano de la de mi novia?- ordenó Newt molesto.

Zed de inmediato deslizó su mano fuera de la mía.

-Sólo esta tratando de reconfortarme gracias a la idiotez de otro- añadí molesta.

-Ahora resulta que es por mi idiotez- se burló poniendose de pie.

-¡Tú provocaste esta estúpida pelea!- bufé al pararme. La atención de todos los habitantes estaba sobre nosotros.

-Perdón, ¿Pero no fuiste tú la que se molestó primero? ¿No fuiste tú la infantil e inmadura que comenzó todo?- escupió furioso.

-Sólo, cállate- ordené dándole la espalda.

-¡Si no fuera por ti Chuck seguiría con nosotros!

Escuchar esa frase me rompió el corazón en millones de pedazos. Era totalmente cierto, y estaba segura de ello.
Retrocedí hasta donde Newt estaba y planté una cachetada lo más fuerte que pude sobre su rostro. El sólamente cubrió la zona afectada, su mirada cambió de inmediato al notar lo que había dicho de manera impulsiva.

-¡¿Crees acaso que no me siento culpable al respecto?!- grité mientras mi vista se tornaba borrosa.- ¿Crees que si hubiera dependido de mí lo hubiese permitido?

-Grace, yo...- intervino de inmediato bajando su tono de voz.

-No quiero escucharte, Newt. Aléjate de mí. Y no te atrevas a acercarte. Jamás.- musité con la voz entrecortada.

Abandoné la habitación corriendo. Cuando entré al dormitorio azoté la puerta provocando un estruendo que inundó el silencioso ambiente.
Estaba destrozada, escuchar esas palabras de parte de la persona que más quieres es intolerable. Me dejé caer en el suelo tras cerrar la puerta. Las lágrimas no se contuvieron por mucho más tiempo. Me sentía tan estúpida, tan inútil y tan culpable; si hubiera hecho algo al respecto el chico seguiría con nosotros, pero sólo me mantuve inmóvil.
Envolví mi rostro entre mis manos, la cabeza me explotaba de dolor, no podía soportar tantos sucesos en tan poco tiempo.

Alguien tocó la puerta levemente.

-Grace...- fue lo único que alcancé a percibir. No basta una disculpa después de incriminar a alguien de algo tan terrible, al parecer Newt no lo entendía.
No me molesté en responder, no quería mirarlo ni una vez más.
Sólo escuche como se desplomó sobre el suelo al igual que yo.
Procuré no proferir sonido alguno, pero las lágrimas silenciosas fueron incontenibles.

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