Capítulo 36 "¿Por qué eres tan testaruda?"

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El resto del día transcurrió igual que los demás a diferencia que está vez todo fue más positivo, mi reconciliación con Newt me había animado lo suficiente como para no hartarme de estar en el aula de cómputo resolviendo códigos.

Cuando la hora de la cena llegó me reuní con Newt en la habitación.

-Te extrañé- musitó posando sus manos sobre mi cintura.

-Sólo fueron unas horas- reí tímidamente.

-No me refiero a eso, de verdad, eres una parte indispensable de mi vida. No sabes cuánto lamento lo que dije... Lo dije sin pensar- se lamentó cabizbajo.

-Hey, sólo, olvídalo- lo consolé acariciando su cabello. Extrañaba tenerlo tan cerca, extrañaba su fragancia a jabón, el brillo de sus ojos, su risa, la manera en la que me miraba, su voz, extrañaba cada parte de él.

-Porfavor, prométeme que no volveremos a pelear- dijo muy cerca de mi oído.

-Lo prometo.

Newt me dió un beso rápido y a la vez reconfortante.

-Será mejor que vayamos al comedor ¿Te parece?- interrogó con una sonrisa.

-Claro- le correspondí.

Caminamos sin ninguna prisa, Thomas y Minho ya estaban ahí, Teresa se encontraba sentada frente a Tom, y Zed frente a Minho.

Nos sentamos en la misma mesa que ellos.

-¿Qué tal su día muchachos?- preguntó Newt.

-No tan bueno como el de ustedes- insinuó Minho con picardía y rió- Sólo bromeo, todo excelente.

-Igual, aunque agotador, como de costumbre- argumentó Thomas tomando una ración de las verduras de su plato.

-Grace- exclamó Teresa llamando mi atención- ¿Puedo hablar contigo más tarde?

-Por supuesto- contesté sin pensarlo demasiado.

Zed sólo estaba atento a nuestra conversación, pero no se atrevía a intervenir.

-¿Y cuándo terminaremos con esto?- cuestionó Newt curioso.

-Cuando tengamos que terminar- contestó inmediatamente Zed de una forma para nada amigable.

-Yo sólo hice una pregunta, no tienes que ponerte así- reprochó el rubio desafiante.

-Yo me puedo poner como quiera ponerme, estoy a cargo. Tú solamente eres parte del relleno.

Newt no respondió. Yo sostenía su mano bajo la mesa. Su respiración se aceleró, estaba tratando de controlarse.

-Sabía que no objetarias- anunció Zed con superioridad.

-Suficiente- manifestó Newt poniéndose de pie. Se recargó sobre la mesa para quedar frente a Zed- Te he tenido bastante paciencia, pero me estás llevando a mi límite. Si vuelves a hacer algún comentario estúpido, por más mínimo que sea, no esperes que lo pasaré por alto. He tenido suficiente de ti y tus juegos. Sé lo que estás tramando, y no lo vas a conseguir ¿Me oíste?

Zed no dijo nada, ambos se miraban desafiantes, sin desviar la vista.

-Newt...- murmuré tratando de tranquilizarlo.

Finalmente el chico acudió a mi llamado. Lo miré tranquilamente. El me comprendió de inmediato y tomó asiento.
En cambio, Zed se levantó de la silla y abandonó la habitación con paso firme.

-Hey, todo está bien- musité quitándole el cabello de la cara, estaba sudando. Agradecí interiormente que no hubieran comenzado una pelea.

Minho y Thomas estaban inmóviles. Teresa tampoco se atrevió a decir una sóla palabra.
La cena transcurrió de forma extraña, nadie hablaba, sólo se encargaban de ingerir sus alimentos.

The Dome | Maze runner| EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora