Capítulo VIII

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Jonas

Miraba por la ventana observando las gigantescas siluetas dejadas por los edificios de la Capital, siempre me habían hablado maravillas pero nunca imaginé algo tan fascinante como lo que veían mis ojos. Todo era blanco, limpio parecía extrañamente perfecto.

El trayecto fue bastante tenso, más que tenso. Nadie emitía ningún sonido, solo me había dispuesto a observar por la ventana en todo el viaje mientras sentía la intensa mirada de Mathias puesta en mí.

Sus rojizos labios se movían intentando buscar una palabra o tal vez alguna oración para romper el hielo, pero era difícil estando con Jades en el mismo vagón. Por alguna extraña razón me brindaba una sonrisa pura cada vez que nuestras miradas se topaban, lo que hacía dificultaba mantenerme sumergido en mis pensamientos.

En verdad agradecía el silencio por su parte, sabíamos muy bien que teníamos una conversación pendiente desde aquella tarde cuando me fue con Dylan, pero no quería hablar, no había forma de tener una conversación plena sin que termínesenos peleados. Tal vez tenía miedo de que las cosas terminaran peor entre los dos y arruinase el viaje.

Llegamos a la estación, era un estupendo lugar, lleno de vidrios, aluminios y muchas pinturas. Las personas caminaban apresuradas al compás del tictac del reloj, llevaban unos trajes extravagantes tal como me lo había imaginado.

Caminamos detrás de Jade a las afuera del complejo, allí nos esperando fabuloso carro color negro que nos llevó hasta el lujoso hotel.

─ ¿Wow aquí nos quedaremos?

Sus palabras me desconcentraron, era la segunda vez en todo el viaje que escuchaba su voz. Lo encontré asombrado tocando los grandes pilares blancos de la entrada.

─ Me alegro que se de su agrado Parker, es uno de los mejores de la zona, equipado con todo lo necesario para que se puedan divertir─ pasa unas mano por su lisa cabellera y gira su cabeza en dirección a la entrada─ síganme─ sus tacones hacían eco en todo el lugar, cada pisada hacia que todas las personas en el inmenso salón posaran sus miradas en nuestro caminar─ ¡ah! Se me olvidaba decirles que también tiene una vista increíble, de las mejores de la zona.

●●●

Debe haber un error.

Dirijo mí mirada rápidamente a Jades quien en seguida nota mi expresión.

¡Esto debe ser una equivocación!

─ Disculpe pero solo nos dio un solo código ¿con eso se abrirán las dos habitaciones?

Me sorprendo al ver su rostro inexpresivo, podría jurar que no entendía lo que le estaba diciendo. Busco a Mathias y lo veo alejándose lentamente queriendo esquivar la conversación.

─ ¡Oh! Se me olvidaba ese pequeño detalle─ aclara su garganta─ como vi que no llegabas, pedí reservar sólo una habitación. Luego cuando llegaste le pregunte a tu amigo y me dijo que no había problemas en que los dos durmieran en una sola habitación.

Busco con mi mirada hacia donde esta Mathias, lo encuentro en una especie de bar con un vaso en la mano dirigiéndole una fresca sonrisa a la excéntrica mujer que estaba a su lado.

─ ¿Y por qué no consulto conmigo? ─ en serio trataba de no parecer alterado, pero era jodidamente difícil. Me negaba a compartir habitación con él.

─ Lo hice, hable con ustedes cuando estábamos en el tren. Pero tú no respondiste, solo asumí que no te importaba. Buscare la manera de arreglarlo, solo quédate en la zona, enseguida vuelvo.

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