c u a t r o

37 8 0
                                    

Alma;

Oh, Alma.

Quiero que sepas que casi me agarró un ataque de emoción hoy, cuando te acercaste a mi;

Sin decir ninguna palabra, me mostraste el paquete de cigarros que te compré ayer.

La margarita ya no estaba, pero no importó.

Estabas cerca mío, y me regalaste algo tuyo: un cigarro.

Algo tan tuyo como el humo que emana.

No te vi tan mal hoy, y eso me alegró mucho.

Porque después de imaginar hasta lo peor, te vi.

Te vi, te miré, te observé; toda la mañana.

Y cuando me largué, me senté en una plaza desierta, como tú.

Y aunque no me gustaban los cigarrillos, me lo fumé entero.

Hasta el final, pensando en cómo ese humo te rodeaba siempre.

Y me gustó.

Oh, Alma;

¿Estás tomando mi mano?

¿Me estás transformando en parte de ti?

¿Por qué, Alma?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora