A cuestas llevas cada decepción, el dolor de una traición, la tristeza de una enfermedad, la angustia y frustración de un anhelo fallido. Pesan cierto?
Cargas una tras otra sobre tus hombros creyendo que podrás con todas.
Como un goteo incesante sobre tu piel que termina por herirla.
Tu espalda comienza a flaquear, demasiado peso sobre ti, encorvado, caminas a paso lento, mecanizado, simplemente continúas con esperanza.
Esperanza que acaba por desaparecer cuando toda esa carga no te permite avanzar más, cada paso supone un dolor atroz y sientes como te hundes.
Y ahora qué? Qué hacer cuando estás tan abajo que nadie puede ayudarte? Cuando soportas tanto que ves imposible salir?
Te toca elegir. Opta por quedarte ahí y que todo sea negro, observa la vida pasar desde esa profundidad oscura mientras más y más piedras aumentan tu montón y te sepultan. O deshazte de esa carga, suelta lastre y sal. Difícil? Sí. Pero no imposible.
No te engañaré, seguirán cayendo sobre ti, siempre, día tras día, pero ahora eres más fuerte, puedes con ello, ya no es una opción derrumbarse de nuevo. Has aprendido a cargar sólo lo necesario.
Disfruta el momento.
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Un pedazo de mi
RandomEsto no es una historia, ni poesía, ni relatos breves... Soy yo escribiendo todo que siento y no me atrevo a pronunciar.