Imagina tu futuro, próximo o lejano, imagínalo frente a ti, resplandeciente, con todas tus ilusiones y esperanzas en él. Alza la mano, casi puedes tocarlo, después de vueltas y más vueltas, lo tienes ahí, tal y como lo habías planeado. Entonces lo rozas con la yema de tu dedo y se desmorona, pierde ese brillo que te iluminaba, y se cae a pedazos. Luchas por salvarlo, pero se escapa entre tus manos como el agua. Lo ves perderse, desvanecerse.
Ya no queda nada, estás solo tú y una oscuridad absoluta que te aplasta.
Por más que respiras no es suficiente, algo te oprime el pecho.
Corres, corres y corres intentado alejarte de eso que no ves y te angustia, sigues corriendo por mucho que te canses pero es en vano.
La única opción es huir. Tomar distancia, vaciar todo lo que te llena la cabeza, verlo desde otra perspectiva. Cambios.
Hazlo, huye lejos, tan lejos como necesites. Salvo que como yo, no puedas, algo tan sucio como el dinero te lo impide.
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Un pedazo de mi
RandomEsto no es una historia, ni poesía, ni relatos breves... Soy yo escribiendo todo que siento y no me atrevo a pronunciar.