Descuentos, cupones, ofertas, a diario, sin tregua, que no llegamos, apaga la luz, cuidado con el agua, números rojos, cuenta deudora, y qué?
Vago recuerdo de hace un tiempo, contenedores, fruta mohosa, pasta sin más, yogur caducado, ropa de otros.
Pero hoy, bajo un techo que no se cae a pedazos, me concedo el lujo de regodearme en mi propia miseria, mientras en mi cabeza una risa irónica me devuelve a la realidad.
Cuando el dolor de cabeza me tumba y me hace llorar me siento afortunada, al tomar la misma comida toda una semana, me siento afortunada.
Cuando mi madre padece yo me hundo pero su fortaleza y ganas de prosperar la salva, nos salva, de nuevo, me siento afortunada.
Cuando mi abuela con su longeva mirada duda por un instante si me conoce, me siento afortunada.
Si mi compañera no se tiene en pie, no sabe quién soy ya, se olvida de comer... Me siento afortunada.
Con cada discusión absurda, cada vez que he pensado en perderte de vista y aquí sigo, afortunada y aguantando.
Si la única persona no contaminada de mi pútrida "familia" sufre, y lucha por vivir, que hago?
No puedo, la fortuna se me escapa.
Años de ardua batalla para esto? En un triste suspiro casi te pierdo, un aviso inequívoco de un adiós inminente.
Una lúgubre verdad ignorada por temor, tu temor, el mío, el de toda la gente que te quiere.
Mañana quizás no estés, pero hoy sigues aquí.
Llegará el tiempo de duelo y aquí lo espero, serena, calmada, consciente y sí, siendo afortunada de aún tenerte.
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Un pedazo de mi
RandomEsto no es una historia, ni poesía, ni relatos breves... Soy yo escribiendo todo que siento y no me atrevo a pronunciar.