Esas dos horas antes del recreo se me hicieron eternas, y más con Eli hablandome sobre la nueva discoteca y esta emocionadisima porque ella es la encargada y me obliga a ir con ella varios días, a ver a mi me gustan las discotecas pero de noche.
Cuando por fin sonó el timbre todo el mundo salió corriendo, menos yo que no tenia ninguna prisa, y menos cuando la gente sale como si se estuviera acabando el mundo. Cuando salí, él estaba ahí, pensando en sus cosas, tenía mala cara, pero no me atrevía a preguntarle. Cuando me vio, fue como si le hubieran dado un susto, pero rápidamente cambió su expresión, me tendió la mano, y empezamos a caminar dirigiéndonos a el recreo.-¿Qué te pasa?- le dije dándole un codazo en las costillas para que levantara la mirada.
-Nada.- dijo con una mueca de dolor mirándome.
-Te conozco y se que te pasa algo.- dije parándole bruscamente, ya preocupada. Él solo volvió a bajar la cabeza.- ¿Qué pasa, alguna chica ha pasado de ti?- dije en tono de broma. Él me miró a los ojos, y solo puede ver dolor.- Joder Jose, que te pasa, me estoy preocupando.- le dije acercándole a mi.
-Nada joder, no lo entenderías.-me dijo en tono enfadado volviendo a alejarse.
-Lo intentaré.- dije acercándolo a mi, cogido por la camisa.
-Me he enamorado,¿Vale? Y eso no es lo peor, ella tiene como regla no enamorarse.- al decir eso se soltó de mi bruscamente, y entró en el patio, al oír la ultima parte, supe que se refería a mi y por una parte sentí algo dentro de mi que se encendía se nuevo, pero a la vez dolia, sentí como si en ese momento mi mejor amigo se hubiese alejado de mi miles de kilómetros.
Después de eso, el día se me hizo súper largo, mi madre me recogió del instituto, y estuve todo el viaje a casa intentado contener las lágrimas, pero cuando llegué a casa no pude más, subí las escaleras corriendo, cerré la puerta de mi habitación y eché a llorar sobre mi cama, acababa de perder a mi mejor amigo y eso me mató.