8-Tómate tu tiempo

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- Mama, salgo un rato vale?

- Son las 9, vamos a cenar ya.

- Pero mama, que no he salido desde que he venido a comer!

- Da igual ya saldrás mañana. Hoy estarás cansada.

- Ceno por ahí.

- No.

- Si mama, déjame libertad, joder.

Salgo con Tom. Doy un portazo y nos vamos. Ha venido en coche.

- No sabia que conducías.

- Y no lo hago. –se rie. – no hace falta que pongas esa cara, que es mentira! Conduco solo puntualmente, normalmente cojo taxis.

- Humm... y a que se debe que hoy hayas cogido tu coche?

- Quería venir solo. Y además asi, si conseguia que salieras por ahí conmigo tendríamos mas intimidad.

Me da un pico y arranca el coche. Me acaba de surgir una duda existencial.

- Oye Tom...

- Dime Carla.

- Cuando has venido a buscarme, con que intención has venido?

- Con intención de que me dieras otra oportunidad, ya lo sabes. Por que?

- Ya, pero a parte de eso, que pensabas que pasaría?

- Si me hubieras dicho que no o que si?

- Si te hubiera dicho que si.

- Pues lo que estamos haciendo ahora.

- Ya, pero que que planes tienes para el futuro, en plan...

- Chst, calla, tu solo mira la carretera. Cuando lleguemos te respondo a lo que quieras.

Me callo y espero. Salimos de mi barrio, y en vez de ir hacia el centro, coge una carretera para salir de Madrid. Nunca me acuerdo de como se llaman. Estoy un poco nerviosa, quiero decir, me esta llevando fuera de la ciudad, y apenas le conozco, aunque me haya liado con el ya... bueno, decido mirar por la ventana y poco a poco cierro los ojos.

Me despierto cuando el coche se para. Es de noche. No me he debido dormir mas de 20 minutos. Me froto los ojos y me estiro, miro a Tom. tiene una mano en la pierna y la otra en las llaves, que todavía están puestas. Me esta mirando, sonriente.

- Cuando quieras sal, tomate tu tiempo.

Se rie y sale del coche. No se si lo decía en serio. Supongo que no. Bostezo y abro la puerta del coche. Me cuesta adaptarme a la oscuridad. Consigo encontrar el móvil en el asiento de detrás y pongo la linterna. El esta a unos diez metros. Me acerco. Esta sentado en el suelo, con los ojos cerrados. Me siento. Enfrente de nosotros esta Madrid. Pero no se ve tipo cliché, con todas las luces encendidas y las cuatro torres resplandecientes. Es verdad que lo vemos desde arriba, pero solo se aprecian algunos puntos, lo suficientemente lejos como para que parezcan luciérnagas simplemente. Le miro. Me acerco a el y le cojo la mano.

- Por que me has llevado hasta aquí?

- Porque el paisaje desde aquí es increíble.

- Donde estamos?

- En un pueblo de Guadalajara, bastante alejado de Madrid capital.

- Llevas aquí a todos tus ligues? –lo digo medio riéndome.

- Espera un momento.

Se levanta y trae una pizza del maletero. Se sienta y me da una servilleta y un vaso.

- Te gusta la cerveza?

- No me disgusta.

Acto seguido, abre una litrona y me echa en el vaso.

- Si, ya se que es poco romántico y tal, pero ha sido espontaneo, no pensaba traerte aquí.

- Y que te ha hecho cambiar de opinión?

- En verdad no lo se. Este fue uno de los primeros lugares que visite cuando vine por primera vez a Madrid. Suelo buscar en internet pueblos y lugares en los que poder desconectar y tener unos minutos para mi, y este me encanto.

- Bueno, en ese caso lo acepto. –cojo un trozo de pizza y empiezo a comer. – bueno, vas a responderme a todas las preguntas que me has dejado a medias?

- Claro, a ver...en primer lugar, no sabia lo que iba a pasar ni lo que ibas a decirme, no te conozco. Pero tenia una pequeña esperanza en que quisieras venir conmigo. Y aquí estas, no?

- En efecto.

- Y en relación a tu otra pregunta...Claro que si! Es el sitio perfecto para ligar con una chica y encandilarla no crees?

- Vas en serio? –me quedo seria, mirándole, hasta que se rie y me coge del brazo.

- Era una broma idiota, solo a tres cuartos de las tias con las que salgo.

- Tom! –le doy un puñetazo en el brazo flojo.

- Vale vale, que es una broma! No es algo muy usual en mi que vaya a un país a estrenar una película y tirarme a todas las chicas que vea, no creo que sea muy normal no?

- La verdad es que no.

Me mira y me coge el vaso de cerveza. Lo deja en el suelo. Ahora coge el trocito de pizza que me quedaba y se lo come.

- Que haces?

- Mmm, no creo que quieras mancharte tu ropa de cerveza.

- Y porque se iba a manchar?

- Porque esto.

Me empieza a tocar en el costado y a pellizcarme. Soy muy propensa a las cosquillas y no puedo evitar dar un gritito y retorcerme para que no me haga.

- Para Tom! para! Me voy a caer!

No puedo parar de reir hasta que para. Estoy literalmente tirada en el suelo. El esta encima, con una mano en el suelo y la otra en mi cadera. Me mira fijamente con la misma sonrisa de niño que pone siempre. Inclino la cabeza y le beso. Sigue besándome mientras mete la mano por debajo de mi camiseta y desliza los dedos por mi espalda. Me recorre un escalofrio.

Empiezo a tiritar. No se cuanto tiempo llevamos tumbados, pero ha anochecido por completo.

- Debería volver a casa.

- Vale, ve montando en el coche, voy a recoger esto.

Me subo y espero. Poco después viene y arranca. Nos vamos de vuelta. Me quedo dormida otra vez. Cuando llego estoy tan cansada que no puedo moverme. Tom me coge y me lleva a la puerta. Me pone de pie y llama. Sale mi madre. Estoy demasiado dormida como para fijarme en la expresión de su cara, pero me intuyo que es enfado. Tom me pone la mano en el hombro y se despide. Yo entro en casa y me voy a mi habitación rápido.

Las casualidades no existenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora