Capítulo 1.

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[JunMyeon]

No fue tan difícil sacar a SeHun de Robota, afortunadamente el sótano estaba vacío y nadie notó que caminaba de manera sospechosa mientras arrastraba a duras penas a un androide de 1.85 metros de altura. Jodida sea la hora en que la somatotropina decidió que no iba a ayudarme a rebasar los 165 centímetros.

SeHun no era pesado, los androides estaban construidos con materiales ligeros, especialmente los Robota y los Sarang, pero aun así era algo engorroso llevarlo a rastras, especialmente porque no estoy acostumbrado a cargar cosas, estoy casi seguro que un camarón tiene más masa muscular que yo.

Me detuve a mitad del pasillo, decidí que sería una mejor idea intentar pedirle que me siguiera que continuar arrastrándole, además así podría darme cuenta si realmente era incapaz de acatar órdenes verbales.

—Sígueme. —le dije con voz firme, solté su muñeca y comencé a caminar despacio, me giré ligeramente hacia atrás para observarle, y tal como lo esperaba SeHun comenzó a caminar detrás mío.

—Dame tu mano. —levantó su brazo de inmediato y me tendió su mano. Sonreí y la tomé. Entrelacé mis dedos con los suyos y lo guíe hasta el estacionamiento. 

Una vez que estuvimos frente a mi auto, abrí la puerta y le di una nueva orden: —Entra al auto.

Me miró fijamente a los ojos y de repente me sentí como si estuviera desnudo. Su mirada era demasiado penetrante, de no ser porque yo mismo acababa de sacarlo de la compañía de mi padre, estaría pensando que aquellos ojos azules pertenecían a alguien con un corazón latente. Nunca me había sentido tan expuesto antes, sentía como si él fuera capaz de ver a través de mí, y eso me asustó.

—Entra al auto, SeHun. —le dije haciéndole una seña con la mano, finalmente aquellos zafiros dejaron de escrudiñarme y SeHun se deslizó dentro del auto. Cerré la puerta con cuidado, rodeé el auto, coloqué mi dedo pulgar sobre la pequeña pantalla localizada debajo del cristal del asiento de conductor, esperé un par de segundos y después de un pitido casi imperceptible, la puerta se abrió automáticamente.

Una vez dentro del auto, presioné el botón de encendido, abroché mi cinturón de seguridad y antes de pisar el acelerador abroché el cinturón de SeHun también. Los androides de Robota estaban construidos con los materiales más resistentes, lo único a lo que eran susceptibles era al fuego, sabía perfectamente que un accidente de auto difícilmente le causaría un rasguño a SeHun y aunque tampoco es como si estuviera planeando irme a estrellar contra una pared, sentí la necesidad de garantizar su seguridad tanto como la mía.  

Conduje con cuidado hasta mi casa, durante todo el camino SeHun mantuvo su mirada puesta sobre mí, poniéndome los nervios de punta. Era muchísimo más estresante debido a que no emitía ninguna palabra, ningún sonido, y lo único que podía escucharse dentro de mi auto era mi respiración acelerada. El silencio me estaba matando, así que decidí que quizá sería algo agradable platicar con él, aun y cuando sabía que no iba a obtener respuesta, el punto era terminar con ese silencio sepulcral.

—Déjame decirte algo SeHun, de no ser por mí, probablemente te habrías convertido en una pila de cenizas para esta misma noche, ¿qué loco no?

Lo miré por el rabillo del ojo y pude notar como ladeo su cabeza, como si comenzara a sentir curiosidad por la pésima conversación que estaba tratando de tener con él. 

—Tengo que asegurarme de hablar con mi padre después, no puedo creer que los empleados estén haciendo un trabajo tan deplorable. ¡Estaban a punto de deshacerse de ti! Ni si quiera se dieron el tiempo de hacer las pruebas con la dedicación necesaria, porque si lo hubieran hecho, se habrían dado cuenta que si eres capaz de acatar órdenes verbales.

Robota | SeHoWhere stories live. Discover now