Robota | SeHo

Capítulo 11.

[JunMyeon]

Estando justo afuera de la puerta de mi habitación, con JongDae besándome el cuello y apretándome el trasero con ambas manos, un nudo comenzó a formarse en mi garganta.

Hice caso omiso a la extraña sensación, y en su lugar levanté un poco la cabeza para darle un mejor acceso a mi cuello.

Entramos a la habitación a tropezones, no podía caminar correctamente con JongDae pegado a mi cuerpo como si fuese una sanguijuela.

Terminamos en la cama en un parpadeo.

Sus manos estaban por todos lados, inquietas, en un momento las sentía apretando mi trasero y al siguiente acariciando mi cintura.

La cabeza me daba vueltas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que habíamos estado juntos, pero por más que intentaba concentrarme en él, en sus caricias y besos obscenos, no podía dejar de pensar en SeHun.

La forma en la que Dae me estaba tocando, la forma en la que me besaba, anhelante y con intensa desesperación, hacían demasiado evidente lo mucho que me había extrañado.

Y joder, yo también lo había extrañado, no podía negarlo. Había pasado tanto tiempo desde la última vez en que me había tocado así. Claro que había extrañado sus caricias, por más obscenas que pudiesen llegar a ser, pero no podía sacarme de la cabeza a SeHun.

Estaba disfrutando de la compañía de JongDae, por supuesto que lo hacía, pero mi corazón estaba dividido en dos partes, y en ese preciso instante una de las mitades no parecía querer darme tregua, me estaba pidiendo a gritos que me alejase.

Decidí escuchar a la mitad más necia de mi corazón, y me separé de JongDae finalmente.

Recibí un gimoteo de su parte inmediatamente.

—¿Por qué te alejas? —me cuestionó y no fue difícil percatarme de que estaba molesto—. Maldita sea JunMyeon, no te vengas a hacer el difícil conmigo ahora.

—No es eso Dae.

—Escucha bebé, han pasado meses desde la última vez que pude tenerte así —me acarició la mejilla— ¿No crees que he esperado lo suficiente?

—S-sí, sé que ha pasado mucho tiempo y tienes toda la razón, pero recuerda que acordamos que apagaría a SeHun.

—¿Te gusta tanto el robotsito? —me sonrió ladino mientras acariciaba mi labio inferior con su pulgar—. Tráelo entonces, divirtámonos un rato con él.

Su sugerencia me revolvió el estómago.

—¿Te has vuelto loco? ¡Por supuesto que no! —me levanté rápidamente de la cama y lo miré con seriedad—. SeHun no es un juguete.

—¿Quieres decirme que no te divertiste con él en mi ausencia?

—¿De qué estás hablando?

—Por favor JunMyeon, no quieras verme la cara de imbécil —rodó los ojos— ¿Crees que no noté la forma en la que lo miras?

—Yo... —joder, me había descubierto tan fácilmente—. En serio lo siento Dae, lo siento mucho.

—Lo sabía ¡lo sabía! —sonrió con falsedad mientras sacudía la cabeza—. Tienes esa estúpida mirada, esa que pones cada vez que te sientes culpable. Desde que abriste la puerta noté algo raro, pensé que era mi imaginación, pero ahora me doy cuenta de que no es así.

—Lo siento JongDae, yo en serio...

—¿Cuántas veces? —me preguntó, interrumpiendo mi intento de disculpa.