Robota | SeHo

Capítulo 8.

[JunMyeon]

Nunca había estado tan feliz de ver a mi padre. Siempre habíamos tenido una extraña conexión, cuando más lo necesitaba siempre aparecía. Cuando era niño tenía la firme creencia de que mi padre tenía un sexto sentido que le permitía estar siempre al tanto de mi bienestar, bueno, no debería decir cuando era niño, la verdad es que aun pienso así.

En cuanto mi padre entró, lo primero que yo esperaba que hiciera era saludarme, y me llevé una gran sorpresa cuando le escuché pegar un grito antes de llevarse una mano al pecho de manera dramática. Su entrecejo se arrugó rápidamente y señaló a SeHun con el dedo índice.

— JunMyeon ¿qué hace ese androide aquí? ¿de dónde lo has sacado?

— Padre ese androide se llama SeHun. —le aclaré— Y lo he sacado de Robota.

— ¡Hola! —SeHun le saludó amablemente— Es lindo verte de nuevo.

Sí, mis sospechas habían sido totalmente acertadas desde el inicio. ¡Se conocían!

— Me gustaría decir lo mismo, pero no entiendo cómo es que pudiste salir de la compañía. —dijo aun confundido— JunMyeon ¿cómo es que lo has sacado?

— Por la puerta. —intenté bromear, pero mi padre no se rio, así que me aclaré la garganta y lo tomé del brazo— Pasemos a la sala, tenemos mucho de qué hablar.

— ¿Yo también iré a la sala? —preguntó SeHun.

— Por supuesto que sí. —le dije con una sonrisa— Tú eres lo más importante hoy.

Mi padre aun parecía confundido, en cuanto llegamos a la sala yo me senté junto a SeHun y mi padre frente a nosotros. Nos miró por un largo tiempo, con los ojos entrecerrados y la boca abierta, parecía estar intentando ordenar sus pensamientos antes de hablar.

SeHun le miraba con emoción, sus ojos azules brillando y una enorme sonrisa adornando su rostro.

— Creo que empezaré yo. —dije finalmente al ver que mi padre seguía sin reaccionar— Padre ¿cómo es que SeHun y tú se conocen?

— Yo lo construí. —me dijo, utilizando un tono demasiado arrogante— Esa no es la verdadera pregunta aquí, hijo. La verdadera pregunta es ¿por qué está en tu casa?

— Porque alguien me dio la orden de llevarlo al incinerador, y pensaba obedecer, pero en cuanto lo miré a los ojos no pude hacerlo. ¿Por qué le has dado unos ojos como esos? ¡No es justo!

— No, yo te di la orden de llevar al androide 9998 al incinerador.

— SeHun es el androide 9998.

— Eso es imposible, él no tiene número de serie.

— SeHun, muéstrale tu tatuaje. —le pedí amablemente y él lo hizo de inmediato— Ahí está, 9998.

Mi padre se levantó del sillón y caminó hacia SeHun, tomó su mano y analizó el tatuaje en su muñeca, suspiró y se masajeó la sien.

— No entiendo cómo pudo pasar esto. No debería tener ese tatuaje, nunca pensé ponerlo en venta. —me explicó— Lo construí especialmente para ti.

Lo confirmé finalmente, y aquello me hizo sentir tremendamente aliviado.

— ¿Cómo es que obtuviste ese tatuaje? —le preguntó a SeHun y él únicamente se encogió de hombros— Tendré que hablar con la gente de la compañía para averiguar qué fue lo que sucedió. Me siento terrible al saber que esto pasó en mi lugar de mi trabajo, frente a mis ojos. Pudieron haberlo destruido y yo jamás me habría enterado.