Capítulo 9.

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[JunMyeon]

El poder ponerle un nombre finalmente a mi relación con SeHun era algo maravilloso. La visita de mi padre me había ayudado a comprender finalmente el porqué de mis sentimientos hacia SeHun, y sobre todo el porqué de mis acciones.

Ahora comprendía porque cada vez que lo miraba me sentía completo, comprendía esa implacable necesidad de tenerlo cerca de mí. Éramos almas gemelas, estábamos destinados a encontrarnos y lo nuestro iba más allá del romance o de la pasión.

Lo que sentía por SeHun no era algo carnal, no despertaba en mí ningún impulso primitivo. No existían en mí las ganas de hacerlo mío, a mí me bastaba con tenerlo a mi lado, con sentirlo cerca, en ocasiones estábamos demasiado cerca.

Me vi forzado más de una vez a retroceder, pero SeHun era como una especie de imán, no importaba lo mucho que yo luchara por mantener la distancia, él siempre terminaba entre mis brazos.

Yo no tenía un problema con ello, me gustaba tener a SeHun cerca y también había comenzado a gustarme la forma en la que mi cuerpo reaccionaba ante él. Ya no me asustaban las cosas que despertaba en mí, porque finalmente lograba comprender la raíz de su existencia.

Durante días, semanas, me había estado reprochando a mí mismo el haber actuado tan impulsivamente cada vez que SeHun estaba cerca de mí. La culpa había comenzado a corroerme por dentro cada vez que recordaba que había estado cerca de besarle en más de una ocasión, pero ya no más, porque finalmente pude justificar mi repentina temeridad.

Era lógico para mí reaccionar así ante él. Las almas gemelas siempre buscan cercanía.

Eso era lo único que buscábamos, lo único que queríamos: cercanía.

Y yo podía dársela. Podía dejarlo dormir encima de mi pecho. Podía tomarlo de la mano mientras veíamos televisión. Podía permitir que rodeara mi cintura con sus brazos mientras yacíamos en la cama.

Eso era lo único que hacíamos, permanecer cerca. Nuestros días pasaban apaciblemente entre abrazos inocentes y miradas eternas.

Pero no podía olvidar la línea que yo mismo había trazado. Sus labios seguían y seguirían siendo territorio prohibido.

El averiguar cómo y porqué SeHun había llegado hasta mí había dejado de importarme. Lo único que me interesaba era que estaba conmigo. Seguía teniendo dudas, por supuesto, pero ya no me carcomían por dentro. Me sentía tranquilo, sabía que en cuanto mi padre tuviera información respecto a SeHun me lo haría saber, de nada me servía atormentarme.

Esa mañana, «como cada mañana desde la llegada de SeHun» desperté al sentir sus dedos delineando mi rostro. Esperé unos minutos antes de abrir los ojos, me gustaba sentir sus dedos sobre mi piel. A mí también me gustaba cuando él era cariñoso. La forma en la que me tocaba era siempre tan delicada, como si tuviese miedo a hacerme daño.

— Buenos días SeHun. —le saludé mostrándole mi mejor sonrisa y acariciando una de sus mejillas— ¿Llevas mucho tiempo despierto?

— No. —sacudió la cabeza— ¿Qué vamos a hacer hoy?

— No lo sé ¿qué te gustaría hacer a ti?

— Me gustaría jugar con Charlie.

— De acuerdo, saldremos al jardín como todos los días entonces.

— También me gustaría abrazar a JunMyeon. 

— Entonces ven aquí.

Abrí mis brazos para él, y se lanzó encima de mí rápidamente.

Robota | SeHoWhere stories live. Discover now