Mientras el tictac del reloj sigue escuchándose y retumbando en mis oídos como un par de campanadas, mezcladas con una pequeña canción que no deja de sonar en mi cabeza -bonita, bonita, bye bye- yo aún me pregunto si es buena idea siquiera escribir esto. Simple y sencillamente creo haber llegado a mi límite y haber gastado todas mis reservas de lágrimas, dado que he pasado la noche velando tus sueños, llorando tu posible partida, pensando si es que aún puede existir un "nosotros", en que me resulta irónico que tengas el valor de decir que no nos amamos, a sabiendas de que nuestros mundos se conectan al mirarnos, que nada hace falta decir mientras crucemos miradas, mientras SEAMOS. También, quiero pensar, que estas líneas -por más cursis que sean- pueden hacer, te des cuenta, te pienso hasta en mis peores lunas, soles y momentos; simplemente, a veces pienso que te pienso demasiado. El café se ha terminado, el sol comienza a salir, y mi sueño a cada segundo se agravia más y más, considero prudente ir a dormir aunque sea unos minutos antes de volver a verte, no sin antes dejarte un par de mis más sinceros "Te amo's", esperando no sea el final, sino el comienzo.
