Capítulo 21.

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Mi garganta se cierra por la emoción, haciendo que las palabras sean difíciles de pronunciar.
Dolorosa desesperación destella en sus ojos.

—Dame una maldita garantía. No permitiré jodidamente que me dejes, y vas a querer intentarlo. Voy a ser difícil y voy a ser un idiota, y tarde o temprano vas a tener jodidamente suficiente de mí.

Sacudiendo la cabeza, dejo caer mi blusa al suelo, luego empujo mi falda por mis caderas y salgo de ella. Temblando hasta en mi alma, estoy de pie solo con mi sujetador liso de algodón y mis bragas, mis pechos elevándose y bajando.

—Nunca tendré suficiente de ti, nunca.

Al principio, mis palabras no parecen tener ningún efecto en él. Y creo que estoy muriendo lentamente. Luego un lento y hambriento sonido desgarra su garganta. Mi respiración se atasca en mi garganta.

Está de pie mirándome, inmóvil en esos pantalones de cordones, sus piernas separadas en una posición de combate, sus ojos llenos de necesidad. Sus anchos hombros se sacuden con sus respiraciones, y curva los dedos en puños a sus costados. La profunda aspereza de su voz raspa mi piel.

—Ven aquí.

La orden viene de forma tan inesperada que mis piernas empiezan a temblar. Todos mis circuitos se apresuran para trabajar juntos, pero al mismo tiempo, no puedo moverme.

Me siento como si un puñado de órganos lucharan para entrar en uno. Ritmo cardiaco rápido. Piel sudada. Temblores en mis terminaciones nerviosas. Completa inutilidad de mis pulmones.

Todo mi cuerpo quiere la misma cosa, pero parece demasiado alterado como para unirse.

Cuando al fin me recompongo con una respiración entrecortada, me siento tan viva y desenmarañada, incluso los dedos de mis pies cosquillean cuando nosotros —yo, y mi corazón, y mis huesos y mi piel— finalmente nos las arreglamos para dar el primer paso.

Un feroz nerviosismo me devora con crudeza todo el camino hasta mi destino.

La respiración de Justin se acelera. Su poderoso pecho se alza incluso más rápido a medida que me acerco. En un angustiante paso a paso, mi pulso late en mis sienes mientras el calor de su mirada se apodera de mí. Entre mis piernas, ardo por él. Mis pezones palpitan. Las duras puntas presionan dolorosamente contra el algodón de mi sujetador. Cada poro de mi cuerpo quiere suplicarle que los chupe. Que me toque. Que me ame.

Deteniéndome a un paso de distancia, puedo apenas respirar el aroma de su jabón envolviendo mis pulmones, drogando todos mis sentidos. Sus brazos se extienden, y él enreda diez furiosos dedos en mi pelo mientras tira de mi cabeza hacia atrás en sus puños y hunde su nariz en mi cuello, gruñendo suavemente. Su profunda inhalación me alcanza, y un escalofrío recorre mi cuerpo mientras hago lo mismo, absorbiendo cada color y sabor de su fuerte aroma masculino en mi cuerpo a través de mis fosas nasales.

Su lengua sale brevemente para lamerme y dejar un camino húmedo que asciende por mi cuello, mientras un brazo se enrosca alrededor de mi cintura, y me aplasta contra su cuerpo, susurrando—: Mía.

Lujuria y amor se abren paso a través de mí. —Sí, sí, sí, Justin, sí.

Enredando mis dedos en su pelo, presiono mis pechos entusiastamente contra su pecho y froto mis pezones doloridos contra su diafragma, mis brazos atrapando su cabeza violentamente contra mí, mientras él sigue oliéndome con inhalaciones profundas, de algún modo, desesperadas. Mi cuerpo se sacude con placer.

Agarra mi rostro entre sus manos y arrastra su lengua por mi cuello, a lo largo de mi mandíbula, respirando pesadamente mientras se dirige a mi boca. Lame la comisura de mis labios. Humedeciéndome. Preparándome.
Su lengua prueba la comisura, luego añade sus labios y los usa para abrirme. Mordisquea mi labio inferior para burlarse de él, separándolo del superior. Un suave lloriqueo brota de mí y él amortigua el sonido cuando se sumerge en mí, húmedo, caliente y hambriento. Mi respuesta es rápida y salvaje, y nuestras lenguas colisionan en un caliente frenesí de humedad y gemidos.

Eres mía (Miley Cyrus & Justin Bieber) JileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora