Capítulo 30.

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  Se supone que debíamos encontrarnos con Nora en un pequeño restaurante japonés situado a sólo cuadras de nuestro hotel, pero me siento completamente mal por mentir a Justin sobre esta noche.



— Voy a inventar una reunión monetaria de negocios conmigo— Peter me aseguró cuando nos encontramos en el gimnasio esta mañana. — . Voy a decir que tú y Melanie se encuentran fuera paseando y que Riley las recogerá después de la cena para que Justin pueda tratar sus finanzas mensuales conmigo.


Asiento en satisfacción, pero confieso que todavía no estoy muy emocionada al respecto. En absoluto. Estoy mareada y nerviosa por la tarde, pero aún así, permito que una parte profunda y secreta de mí disfrute la forma que Justin me observa desde el ring de boxeo mientras lo saludo con la mano desde la puerta del gimnasio y señalo a Melanie— que está a mi lado en toda su gloria en una mini falda y un top de breteles finos —digo a Justin moviendo mudamente los labios — Voy a salir con Mel.


Él tira de su casco combate para darme una sonrisa y un asentimiento rápido, sus ojos brillan como lo hacen cuando me ve, y sólo la mano de Mel en mi codo parece evitar que salte hasta el ring y bese sus hermosos hoyuelos.


Arriba, me visto con ropa sencilla y cómoda, una blusa con botones y pantalones negros formales.


— Todavía no entiendo porque no quieres que Justin sepa sobre esto. — Dice Melanie mientras Riley nos conduce al restaurante.


— Porque Justin tiene algunas tendencias alfa.


— Lo que es sexy, última vez que me fijé.


— Mel, esto no es una película. No quiero que él sea incapaz de concentrarse o meterse en problemas por mi culpa.


Mel resopló.


— Le quitas todo el romance a tu relación, Miley.


Me quejo y luego golpeo mi frente contra la ventana con exasperación total.


— Mel, ya me siento mal. Por favor. La gente que hace lo que él hace para ganarse la vida son consideradas armas letales. Legalmente no pueden pelear fuera del ring, ¿entiendes?


— Sí. Aunque por qué un hombre no puede luchar con los puños en la calle, mientras que otros andan por ahí portando legalmente armas está más allá de mí. Creo que debería quejarme con el senador.


— Muy bien, damas, si dejamos lo de la carta al Congreso para después, ya llegamos.


Melanie mira a Riley mientras abre la puerta de atrás, y él la mira cuando ella sale. No tengo ni idea de lo que pasa entre ellos. Melanie es generalmente dulce con todos, y Riley suele ser amable. Pero bien entonces.


— Gracias, Riley, enseguida vuelvo. — Le digo.


— Demonios que si, voy contigo.


— No lo necesitamos— Melanie dice, mirándolo con superioridad, levantando la nariz. — . Miley y yo hemos estado excelentemente durante veinticuatro años sin tu ayuda.

Eres mía (Miley Cyrus & Justin Bieber) JileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora