Capítulo 6: Hija mía

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  • Dedicado a Kaza Kiri
                                    

La chica abrió los ojos sobresaltada.

<<¿Qué había sucedido?, todos esos recuerdos eran de Elizabeth, pero, ¿Por qué y cómo había sucedido? ¿Qué había hecho Alex para que yo lograra recuperar parte de mis recuerdos?>>

La chica volteó con lentitud buscando a Alex, pero él no se encontraba en la habitación. Se encontraba completamente sola en la habitación; ya que la sabana aún permanecía tapando el espejo, que permitía la comunicación directa con Elizabeth. Emilie se incorporó de improviso y quitó las sabanas del espejo para intentar encontrar respuestas a las preguntas surgidas, sin embargo, nadie se encontraba allí.

— ¿Elizabeth...?

Se angustió, ella no estaba allí, no se reflejaba en el espejo. Simplemente no estaba. Como si nunca hubiese existido. Asustada, llamó en su interior, una y otra vez, en búsqueda de aquella voz de la que estaba tan acostumbrada, pero continuaba sin escuchar susurro alguno que le devolviese el alma.

— ¡¿Elizabeth?!

Esta vez su tono estaba exaltado por el miedo, sentía que hubiese despertado de un sueño, como si nunca hubiese vivido su vida como correspondía, como si se hubiese imaginado a Alexander y a Elizabeth, para contrastar su soledad. Sin embargo, en ese silencio, detrás de ella, surgió una voz.

— Emilie, aquí estoy.

La chica permaneció estática, con lágrimas en sus ojos y la piel de gallina. Aquella voz la reconocía, pero, nunca la había escuchado con tanta claridad y presencia. Era imposible que ella se encontrara allí.

— ¿Elizabeth?

Al voltearse, vio a una muchacha vestida de blanco, un blanco desgastado por el pasar de los años, la chica mantenía una sonrisa que Emilie no lograba entender debido al sobresalto que esto le producía. Sus ojos se encontraron súbitamente, ambos castaños y similares, el mismo brillo. La misma alma.

— Tranquila estoy aquí, a tu lado.

Emilie, con lentitud, se aproximó a la chica que se encontraba frente a ella. No lo creía, no lograba comprenderlo. Ella era real, tan real como ella. Ni en sus más locos sueños habría pensado en esta posibilidad.

— ¿Cómo es que estas aquí? — Emilie susurró con contrariedad. Sorprendida, algo molesta y asustada. Una mezcla de emociones que ni ella lograba explicarse a sí misma.

— Sinceramente no lo sé, — Elizabeth sonrió de forma súbita, acción que dejo sin aliento a Emilie. Su sonrisa era tan perfecta como su rostro. No se asemejaba por completo a lo que ella apreciaba en el espejo cada día. — Simplemente aparecí en este cuerpo... ¿Físico?

Emilie al sentir la interrogación de la chica, levanto una ceja; preguntando silenciosamente. Elizabeth al verla, sonrió con añoranza.

— Intenta tocarme; toma mi mano. — Ella miro a los ojos a Emilie mientras susurraba aquello. Extendió su mano, invitando a Emilie a tocar sus manos. — Emilie, toma mi mano.

Emilie al intentar rozar la mano de Elizabeth, no lograba nada, ya que al intentarlo, traspasaba la mano de su acompañante. No lograba tocarla, no tenía cuerpo físico.

Solo aparentaba tener uno.

— Supongo que tienes preguntas que hacerme, ¿no? — Elizabeth se sentó en el piso, suspirando y "apoyando" la cabeza en la orilla de la cama. — ¿Me equivoco?

— No, no te equivocas Elizabeth. ¿Qué sucedió...? — Emilie intento tragar el nudo que tenía en la garganta para continuar, sin embargo, fue en vano, ya que se le quebró la voz al recordar. — ¿Qué sucedió en tu pasado?

Alma EclipsadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora