Final 2

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"No es justo que venga a molestarnos más" pensó Dipper que con odio miraba a aquel demonio que flotaba.

-Solo quería venir a des aburrirlos un poco- Dijo Bill mientas miraba a aquellos pequeños ojos verdes que se llenaban de odio. –Necesito que me digas cómo salir de esta ciudad, me encuentro encerrado y necesito expandirme un poco más- Dijo mientras miraba anhelante por una ventana imaginaria.

-No voy a hacer nada más por ti- Soltó Mabel que últimamente había tenido días un poco difíciles.- Tú me hiciste... tu...- Ella miró a la televisión evidentemente intentando olvidar aquello que pasaba por su mente.

-Qué pasó pequeña estrella fugaz? Ya no te gusta nuevo hogar?- Preguntó con maldad Bill.

-Estoy feliz con mi hermano, pero no quiero nunca más saber nada de ti- Le gritó.

Bill sin siquiera poder evitarlo se fue de aquel lugar, ella no estaba siendo feliz con su presencia y de acuerdo al trato que él mismo había sellado ninguno de los dos podría sentirse de esa forma. Con odio se quedó del lado de fuera de la burbuja, con sus ojos rojos como lava pensaba cómo podría obligar a aquel pequeño pino a hacer lo que necesitaba.

-Mabs, te encuentra bien?- Pregunto el chico Pines mientras abrazaba a su hermana que ahora se encontraba llorando nuevamente al frente del televisor.

-No lo sé Dipp, soy ahora la mujer más completa del mundo, pero no puedo evitar pensar que en realidad todo lo que hemos hecho es totalmente egoísta.- Dijo mientras bajaba la mirada.

-Te arrepientes Mabel?- Preguntó Dipper quien ahora sentía miedo.

-No- Respondió algo molesta su hermana.- Solo que no considero que sea justo que todo esto ocurra por nosotros...- Respondió esta mientras se acercaba a su hermano y le tomaba la mano. –Para siempre juntos- Le susurró al oído, él se estremeció un poco y tomo el cuello de su hermana y la beso lentamente, saboreando una realidad que él estaba seguro que continuaría existiendo para siempre.

-Quieres que nos intentemos escapar?- Preguntó Dipper quien estaba seguro que la seguiría hasta el final del mundo.

Ella lo pensó un rato para el final contestar- Sería un desperdicio salir del único lugar en el que Bill no nos puede hacer daño, tal vez solo si alguien viene a sacarnos... - Dijo pensando en aquél pasado lejano en el cual su hermano cómo un príncipe de cuentos la había ido a rescatar.

Bill que se encontraba fuera tuvo por fin una idea que hizo que su traje volviera al color amarillo habitual

-Quieren ser liberados? Bueno vamos a jugar de esa forma- Dijo a la nada mientras reía locamente.

Llegando nuevamente a su pirámide con gusto sacó a la estatua que era Stanford, sabía que tener a Stanley era más importante, no pondría ponerlo en peligro.

De esta forma y sin remordimiento lo dejó lo suficientemente cerca para que pudiera encontrar a sus sobrinos, con algo de suerte no estaría tan afectado mentalmente, pensó en ponerle sus dedos de nuevo, pero pensó con maldad que aquello sería más divertido, subió nuevamente a su pirámide y lo transformó nuevamente en humano.

Stanfod miró a su alrededor 5 segundos después ya no podía ver, el dolor que sentía era insoportable, de alguna forma sintió sus manos sin ser muy consciente de que en realidad podía esperar, pero encontró solo 5 dedos, aquello le hizo gritar, más que el dolor, en realidad lo que le hacía sentir esa desesperación era el hecho de que le mutilara, habían robado una parte de él y sin poder hacer nada tenía que quedarse callado, no podría vengarse, no podía destruir a Bill porque aún la profecía no se cumplía, y necesitaba a aquellas personas que ni siquiera conocía. Caminó sin rumbo, solo estrellándose contra todo aquello que estaba cerca suyo, pensando en su hermano que no se encontraba con él, no podía llevar una secuencia lógica en su mente, pero era consiente el suficiente tiempo para saber que su hermano no se encontraba con él.

Un verano de misterios. PinecestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora