[20] Simpatía Del Monstruo.

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Punto de vista de Harry

Conducimos rápido hacia la casa, la casa en donde me he estado escondiendo y en donde Liam me ha ayudado a hacerlo. Sin embargo no era una casa normal, podía convertirla en algo que te transportara a mi mundo, tenía el poder de apagarla o encenderla cuando quisiera.

Aparqué el coche por fuera de la casa y miré hacia los asientos traseros para ver a Ty dormida, acurrucada en una bola contra los sillones acolchados. "¿Qué vamos a hacer con ella?" Liam preguntó.

¿Por qué hace preguntas estúpidas?

Resoplé, sacando la llave de mi bolsillo y abriendo la puerta para salir del coche. Caminé hacia la puerta trasera y abriéndola, tomando a Ty entre mis brazos mientras ella se quejó y acarició el hueco de mi cuello con su nariz.

"¿Qué estás haciendo? ¡Su familia vive en frente!" Liam entró en pánico, caminando de atrás hacia adelante.

Gruñí, apretando la mandíbula. ¡Sh! Tiene que tomarse una ducha y vestirse, no puede ir por ahí vestida con una bata de hospital ¿no crees?" Le dije, tragó saliva fuertemente y sacudió su cabeza. "Eso pensaba, ahora cállate y ayúdame a empacar las maletas." Ordené, dejando que hiciera lo que le dije y entre a la casa, subiendo a las escaleras con dirección al baño.

La senté en la esquina del lavabo, dio un pequeño salto y se recostó contra el espejo. Me di la vuelta y encendí la ducha, dejando que el agua tibia saliera, sin saber si le gustaba muy fría o caliente.

"Hey, Ty, despierta. Necesitas tomar una ducha, cariño." Le dije, agarrando su brazo y sacudiéndola un poco para que despertara. Pestañeó sus ojos rápidamente hasta abrirlos con miedo, gritó e intentó empujarme. "¡Para! ¡No voy a hacerte daño!" Grité, agarrando ambos de sus brazos para que me prestara atención

Se calmó, sus ojos pestañeando incómodamente ya que su pelo cubría completamente su rostro por los movimientos bruscos que había hecho momentos antes. Me alejé y caminé hacia atrás lentamente, mantuve mi mano en alto, señalando la bañera.

"Toma una ducha y estate abajo en diez minutos." Demandé. Salí y cerré la puerta detrás de mí y bajé las escaleras. "Liam, ¿qué has empacado hasta ahora?" Le pregunté mientras el bufaba y se rascaba la nuca.

"Sólo necesitamos una mochila, armas como pistolas y cuchillos. Algunas drogas aquí y allá, necesitamos venderlas rápido esta noche antes de irnos. Sólo tenemos 20 dólares ahora mismo." Dijo, mirando hacia la mochila.

Asentí, empujándole hacia un lado para comprobar por mí mismo. "Tendremos que vender tu coche."

"¡¿Qué?! No, Harry, debes de estar bromeando. Pagué un montón de dinero por ese coche-"

"¡Vende el maldito coche y sal de mi vista! No vuelvas hasta que lo hayas vendido." Grité, mandándole una mirada de advertencia.

Se dio la vuelta, golpeando la pared con su puño, agarrándose del pelo hasta que salió de la casa, yéndose con el Chrysler rojo de 1970, yo tenía el negro y ere en el cual nos libamos a transportar, Liam tendrá que aceptarlo.

Me aseguré de que todas las pistolas estaban cargadas y que las drogas estuvieran bien envueltas, sabía que necesitaríamos más. Comida y dinero suficiente y algo de ropa.

Ajusté mis gafas. Cogí un cigarro y el mechero del bolsillo de mi chaqueta de cuero, colocándolo entre mis labios y encendiéndolo segundos más tarde. Tomé una calada larga, exhalando el humo por mi nariz lentamente y cerré mis ojos antes de que un movimiento detrás de mí hiciera que lo soltara rápido.

The Neighbourhood PsychoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora