Nuestra historia también es tuya.

Capítulo 4

"¿Por qué tuvo que acompañarme? ¿por qué tiene que saber sobre mí? ¿por qué todos los hombres son iguales?". -Penny se cuestionaba mientras se quitaba la ropa para ducharse y meterse a la cama, estaba cansada y enojada.
Después de haber estado rezongando sola como una adulta de tercera edad, decidió calmarse. Penny odiaba tanto ese tipo de acciones pero, no sabía porqué. El muchacho no había sido mal educado sino que la había tratado como a una dama. Penny solía ser dramática la mayoría del tiempo, esta vez se había excedido y se dio cuenta de ello. Antes de meterme a la cama tomó su celular y llamó a Amy.
-¿Amy?
-Darling, ¿qué pasa?
-¿Dormías?
-No, no. Dime, ¿cómo estás?
-Si, estabas durmiendo. Mañana ¿puedes venir a casa? Tengo libre y charlamos.
-Si, voy. ¿Pero necesitas algo?
-No, descansa, besos.

Quería preparar un desayuno para ella y para Amy, pero se había despertado tarde, su casa era un desastre y no tenía nada para ofrecerle a su amiga. Penny decidió dejar la casa hecha un desorden e ir al supermercado en busca de comida. "Esto se arregla, no pueden faltar los alimentos señorita Adkins" -decía mientras se miraba al espejo y acomodaba su cabello-.
Cuando salió de su casa recordó lo que había sucedido la tarde anterior y lo que había sucedido a media noche. Básicamente, recordó a Mark. Cuando lo hizo su reacción fue diferente, la chica que estaba enfadada con el muchacho había sonreido. Lo interesante era la forma en la que se cuestionaba, parecía una filosofa salida de una cajita, tenía la capacidad de asombro en el amor escondida y era entendible. ¿Olvidé mencionar que Freed la había hecho sufrir? Jamás pudo confiar en un hombre como confió en él, por eso su rechazo a los hombres, y por eso su desconfianza.

Penny había regresado de hacer las compras, y como pudo metió todo dentro de la heladera y en cuestion de segundos se quito su abrigo, recogió su pelo y comenzó a poner en orden su casa. Aquello era un verdadero desastre; botellas de vino alrededor de su pequeña cama, ropa por todos lados, zapatos, cremas de cualquier etiqueta tiradas debajo de su cama y por toda la sala de estar.
Penny estaba tratando de dejar todo en orden hasta que se exaltó al oír el timbre. "Maldición es Amy, ¿qué hago?" -cómenzó a desesperarse, se le ocurrió tomar todo de prisa y meter todo lo que podía, todo lo que estaba fuera de su lugar dentro del ropero del fondo.
"Ya voy linda". -Penny gritaba al oír una vez más el timbre, acomodó todo como pudo, se soltó el cabello y abrió la puerta. Se llevó una sorpresa al ver que la persona que se encontraba frente a su puerta no era Amy sino que...