Penny estaba un tanto histérica, pero se había perdido por un momento en la mirada de Mark, que a pesar de que fuera media noche podía ver sus ojos con claridad. La chica comenzó a husmear nuevamente dentro de su cartera en busca del manojo de llaves. Cuando las logró hallar, Penny le ofreció un café a Mark, la intrigaba saber porqué el chico se encontraba allí, frente a su puerta.
-Bonita casa...
-Oh muchas gracias, disculpa el desorden.
-No pasa nada linda. -Penny se sonrojó al oír que Mark le había llamado linda-.
-¿Bebemos café o quieres otra cosa?
-¿Otra cosa? -sonrió- ¿cómo qué?
-Me.. me refiero a un trago. -Dijo sonriendo y negando con la cabeza-.
-Oh, no, prefiero un café. -Mark se acomodó en el sofá de la sala-.
Penny se dirigió hacia la cocina, estaba un poco nerviosa como de costumbre. Preparó dos tazas de café mientras pensaba en la decisión del chico de no beber alcohol. Penny se sentó junto a Mark con las tazas y encendió el televisor.
-Que bien huele -Dijo Mark mientras revolvía suavemente la taza con café-
-De verdad que amo el aroma del café recién preparado.
Mark y Penny estaban a una distancia relativamente corta lo que hacía que el encuentro sea aún más incómodo para Penny.Era horrible beber café con dos ojos observándote como lo haces. Mark se encargaba de poner nerviosa a Penny fijando su mirada en los labios de la chica.
-Ajam, ¿y por qué has venido? -Penny en voz alta rompía el silencio en el que se encontraban.
-Pase para saber como estabas ya que no he sabido nada de ti.
-Oh, bueno. Estoy bien ¿y tú como estás?
-Me alegro cariño, antes no estaba tan bien como ahora que estoy contigo.
-Valla, valla... tú si que sabes coquetear ¡eh! A cuantas le habrás dicho lo mismo -dijo sonriendo-.
-No, sólo a ti -Mark sonrío frunciendo su boca antes de que Penny lo golpeara levemente con un cojín-.
-¡Tonto! Sé que no solo a mi -dijo Penny sonriendo.
El encuentro iba por buen camino, es decir, la noche se prestaba para conversar con una taza de café en mano y más si esa conversación profunda era por primera vez.
Después de horas de charla Mark miró su reloj; ya era tarde y tenia que irse. No se habían dado cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo y lo más interesante era que los dos sentían la necesidad de seguir estando juntos, si, por más que no tuvieron un encuentro amoroso el chico y Penny tenían una chispa que en pocas parejas se encontraba. Perfectamente perdieron la noción del tiempo al introducir anécdotas, experiencias y saberes en una larga pero entretenida conversación.
-A ver cuando regresas y seguimos conversando... -Dijo Penny con las manos en los bolsillos de su pantalón-.
-Cuando tú quieras, y recuerda que si me llamas a mi móvil no te morderé, al menos eso creo.
-Jajaja, bueno prometo hacerlo.
-Adiós cariño. -Mark subió a su auto pero antes de hacerlo le dio un suave y lento beso en la mejilla a Penny haciéndola sonrojar-.
Penny no dijo una sola palabra más y se metió dentro de su pequeña casa.
«Siento mariposas en mi panza. Penny será mejor que te calmes» dijo en voz baja mientras que se dirigía hacía su habitación luego de haber cerrado la puerta con llaves.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra historia también es tuya.
RomanceSe narra el romance de Penny y Mark, hasta que llega a sus vidas Adele, la persona que va a iluminar la vida de Penny y viene para bendecirnos con su voz. Pero para esto, tienen que suceder varias cosas.