Las siguientes dos semanas, las pasé al lado de Israel y, poco a poco, empecé a sentirme extrañamente atraído hacia él; de hecho, a veces me quedaba absorto, pensando en los momentos que pasábamos juntos. Sí, me gustaba, tenía que ser sincero y admitirlo, me gustaba mucho, especialmente esos pequeños detalles que pocos podían apreciar; su voz siempre temerosa, sus constantes sobresaltos cuando algo o alguien le llamaba la atención, sus sonrisas efímeras, todo él era interesante, incluso, pude descubrir que, tras sus gafas de gran aumento, existían los ojos miel más hermosos del mundo.Pero no era todo, noche a noche los sueños húmedos me asaltaban; necesitaba tocarlo, ansiaba tomarlo, deseaba probarlo, quería que fuese mío y nada más, pero me reprendía mentalmente. No podía pensar en eso con él, Israel era un niño inocente y no debía pensar de esa manera, pues, seguramente, lo asustaría.
Era domingo, mi padre estaba en su despacho y aproveché para acercarme a él y notificarle la situación, aunque en el fondo, también quería un consejo, pero no sabía cómo lo tomaría.
-¿Podemos platicar? – indagué después de entrar a la oficina.
-Sí, por supuesto – sonrió y dejó sus documentos de lado – ¿Qué ocurre? ¿Te peleaste con tu hermana de nuevo?
-No – negué – es algo importante y personal.
La manera tan seria con la que hablé, pareció preocupar a mi padre – siéntate – indicó la silla frente a él – ¿qué pasa?
-Estoy a punto de cumplir dieciocho – empecé después de sentarme – y he descubierto algo de mí mismo que no sabía – fijé mi vista en mi padre – no sé cómo lo vas a tomar, pero mejor decírtelo de una vez – respiré profundamente – soy gay, me gusta un chico de mi salón y quiero pedirle que sea mi novio.
La boca de mi padre se abrió, después, llevó su mano a ella y acarició su barbilla; respiró profundo, se incorporó y fue a servirse una copa, volviendo después a sentarse. Todo, mientras yo guardaba silencio, esperando su reacción.
-Y, ¿él te corresponde? – preguntó finalmente.
-No lo sé, pero lo sabré pronto.
-De acuerdo... – asintió – admito que me sorprende – sonrió – pero si tú estás seguro, no le veo problema... Solo que, ya sabes cómo es la sociedad, muchos hablaran y, nosotros te respaldaremos, pero tendrás que ser muy fuerte.
-Entonces, ¿no te molesta?
-¿Por qué? Eres mi hijo, si te gusta una chica o un chico, no me incumbe – se alzó de hombros – solo importa si ella o él, también te quiere...
-Pues yo espero que lo haga – suspiré – es un poco complicado, pero creo que podría dar el paso muy pronto...
-Pues, te deseo mucha suerte – me guiñó un ojo.
-Gracias – me sentía más tranquilo – y, a propósito, ¿crees que mi madre se moleste?
-No, no creo, pero si quieres, yo hablo con ella...
-Te lo agradecería...
Esa noche, mi madre hablo conmigo y me pidió que, en cuanto tuviera pareja, lo llevara a casa a presentarlo formalmente como tal, algo a lo que accedí feliz. Mi hermana también se enteró y sacó rápidamente la deducción de quien era, obviamente era notorio para ella, pues había presenciado mi acercamiento con Israel.
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Bésame
General FictionEsta es la vida de David, un joven normal, común, corriente, su familia es acomodada, tiene una hermana y, un día, se da cuenta que es gay, gracias a un lindo chico que conoce... - - - - - Esta historia, así como muchas, nació siendo un one shot...