CAPÍTULO 14

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Maratón 2/3

-¿Me concede este baile, mi hermosa señorita?- me pregunta Dani haciendo una reverencia

-Con mucho gusto, caballeros- digo imitándole

Una de sus brazos está en mi cintura, uno de los mios en su hombro. Estamos tan cerca que me pone nerviosa

-Pues el bals lo bailas bastante bien- me dice- Ya no eres tan patosa

-Mi padre me enseñó cuando era pequeña- explico- Todos los sábados que él estaba en casa, después de comer ponía su canción favorita y la bailábamos.

-¿Ya nunca bailas con tu padre?- me pregunta

-No- digo

Oculto mi cara entre su cuello y su hombro para que no me vea. Siento como las lágrimas van cayendo, y no puedo pararlas

-¿Te pasa algo?- pregunta

Muevo la cabeza en señal de negación, sé que si hablo se me va a cortar la voz. Poco a poco consigo tranquilizarme. La canción acaba y nos separamos

-Vamos a fuera- dice con el ceño fruncido al ver mi cara

Me coge de la mano y juntos salimos a la calle

-¿Que te pasa?- me pregunta

-Nada- digo sentándome en el suelo

-No te creo- me dice- Has estado llorando. ¿He hecho algo mal?

-No- digo

-¿Entonces que es?- dice preocupado- Estábamos hablando y de repente te has callado y te has puesto a llorar

-Me han venido recuerdos a la cabeza y me he puesto triste- digo- Solo eso, ya está

-¿De tu padre?- me pregunta

-Si- contesto con la voz rota

-Siento haber sacado el tema- dice Dani arrodillándose para estar a mi altura

-Lo he sacado yo- digo- Tu no tienes la culpa, así que no te disculpes

-¿Quieres que nos vayamos ya a la casa?- me pregunta- Ya son las cuatro de la mañana

-Vale- digo levantándome del suelo

Nos montamos en el coche. Nada mas sentarme cierro los ojos

-No sé que pasa con tus padres- me dice- Nunca hablas de ellos y te incomoda cuando se les nombra, y hoy te has puesto a llorar. Si quieres contármelo, aquí estoy ¿Vale?

-Vale- respondo

El resto del trayecto lo hacemos een silencio. Llegamos a la casa, yo me cambio de ropa en el baño y él en la habitación. Cuando salgo, Dani ya está tumbado en la cama. OMG

-Espero que no te moleste que duerma sólo en calzoncillos- me dice- Pero es que si no, paso mucho calor

-No me molesta- digo tumbándome a su lado

Si. En la misma cama. Al parecer no hay mas habitaciones libres en toda la casa

-Buenas noches- dice apagando la luz

-Buenas noches- le respondo

Intento dormir, pero me es imposible, no para de dar vueltas a lo que me ha dicho Dani en el coche. Al parecer Dani tampoco se puede dormir, porque no para de dar vueltas

-Mi padre era militar- digo- Yo tenía 12 años. Estaba viendo la tele en el salón con mi madre y con mi hermano cuando llamaron al timbre. Ella fue a abrir. Eran unos hombres vestidos de militares, al igual que mi padre. Yo no oía nada, pero supe que no traían buenas noticias cuando mi madre se puso a llorar. Ellos siguieron hablando con ella, y mas tarde se fueron. Ella vino a abrazarnos y entre lágrimas nos dijo que nuestro padre había muerto. Por lo visto le dispararon y se desangró antes de llegar a la base. No quería creérmelo. Todos las noches me sentaba en la entrada de la casa esperando a que mi padre llegase Recuerdo el funeral, fue cuando acepté de verdad que mi padre estaba muerto. Todos estábamos vestidos de negro. Había mucha gente, no conocía a la mayoría, pero igualmente se nos acercaban y nos daban el pésame. Odiaba que la gente se disculpase, ellos no le habían matado, no tenían que disculparse. Volvimos a casa y esa fue la primera vez que mi madre se emborrachó. Yo siempre había visto a mi madre como una persona fuerte, nada podía alterarla. Pero a partir de ese día, volvía a casa siempre borracha, no se podía hacer cargo de nada, perdió el trabajo, y mi hermano y yo tuvimos que madurar mucho. Tres meses mas tarde, estaba sola en casa, mi hermano se había ido con los amigos a dar una vuelta. Entró mi madre en casa, borracha como no, intenté meterla en la ducha para que se espabilase, pero al hacerlo se resbaló y se dio un golpe en la nuca con el pico de un mueble. Llamé a una ambulancia, pero cuando llegaron, mi madre ya estaba muerta. Cuando mi hermano llegó a casa y se enteró de lo ocurrido, se enfadó mucho conmigo, me culpó y no me volvió a hablar. Nos enviaron con nuestros tíos. A los dos años mi hermano cumplió los 18 y se fue a estudiar a Londres y desde entonces no sé nada de él. Por eso te dije que estudié medicina por mis padres, porque a ellos no pude salvarles, pero hay mucha gente a la que si puedo.

¿Enfermera? (Dani Auryn) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora