Capítulo 5

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Esa noche dormí más tranquillo. Aunque aún no que me sentía del todo cómodo estando a oscuras en la habitación, al menos ya no sentía que debiera temer por mi vida. Intento, en lugar de seguir preocupándome, intentar olvidarlo. Porque tampoco puedo asegurar haber estado en peligro realmente. Y de todos modos, ¿a quién le diría? El plan de no hablar con mi padre funciona por sí solo.

Dejo el incidente de la ventana de lado e intento poner buena cara cuando bajo a la cocina.

***

–Hola, Kikwang... –saludo intentando una sonrisa.

Estoy parado frente a él en el mostrador, la barra haciendo una división entre nosotros.

Acabo de llegar a la cafetería y aprovecho que hay poca clientela y que Kikwang parece desocupado para hablar con él.

En cuanto a Dongwoon y Mir, no hay rastro de ellos. Es raro llegar sin que se lancen sobre mí, tampoco que lo extrañe ni nada.

–Hola –me devuelve el saludo desde su lugar, no intenta acercarse a mí.

– ¿Todo bien? –Él no contesta–. Últimamente, no sé, siento como si estuvieras molesto conmigo por alguna razón... Y pensé en venir aquí para que me dijeras que solo es imaginación mía.

Me mira por un momento con las cejas fruncidas y se le forma una fina línea entre ellas. Ahora sé que no es solo imaginación mía.

–Solo es imaginación tuya –dice y me sonríe por un segundo–. Ahora, ¿te puedes ir...? Tengo trabajo que hacer.

Bien, esto no salió como lo había planeado. Pero qué puedo hacer si prácticamente me está echando.

– ¿Dongwoon y Mir no están? –digo como quien no quiere la cosa, intentando sonar lo más casual posible.

–Deben de estar arriba –contesta y se voltea para fingir hacer algo.

–Puedo preguntarte... ¿ellos siempre son así de...? –Me encojo de hombros– ¿"amorosos"? Porque es molesto cuando lo hacen –me enfoco en tratar de convencerlo de eso último.

Sin embargo, Kikwang no parece estar creyéndome mucho.

–Solo están emocionados –contesta–. No se había quedado con nosotros alguien como tú desde... –Hace una mueca– jamás. Eres el juguete nuevo.

Se aleja y me deja del otro lado.

¿Por qué lo hace ver como eso fuera mi culpa? Como si yo estuviera haciéndolo a posta, cuando al que incomodan es a mí. No soy yo quien le pide a los chicos que me abracen.

–No vemos luego –le digo.

Me marcho después de darme cuenta de que no voy a recibir una respuesta. Okey, Kikwang probablemente me odia pero no es tan malo, ¿verdad? Allá él. Su problema, no mío.

Voy a las escaleras y apenas termino de subir cuando veo a Dongwoon salir de la oficina a la que me dirijo.

– ¡Yoseob! –Se acerca corriendo y me pellizca las mejillas–. Tu cara es tan suave.

–Sí... tus manos no tanto –contesto adolorido.

Me aparto de él y de sus manos.

–Lo siento –dice mientras me despeina el cabello–. ¿Qué pasa? Te vez un poco preocupado. Algo así como... "no puedo creer que esto me esté pasando a mí".

– ¿De verdad? ¿se nota? –exclamo.

Si me dieran una moneda por cada vez que alguien en esta cafetería lee mi mente, ya tendría para comprarme el cappuccino que venden.

Midnight SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora