Capítulo 7

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Aunque me empeñara en olvidar todo lo ocurrido en el bosque, la imagen de Dujun seguía reproduciéndose en mi cabeza, y junto a él la serie de eventos que lo preceden. No importa que repita mil veces: olvídalo, solo olvídalo, porque es evidente que no funciona. Cada vez que cierro los ojos me veo acostado con él, sintiendo el suave rose de sus dedos por todo mi rostro. Sus dedos fríos... Su lenta y acompasada respiración... Su olor...

Tengo que detener esto.

En lo único en que puedo pensar es que quería que me besara, que era obvio, pero él no lo hizo.

Porque al final quien fastidió soberanamente el día fui yo.

Al menos es domingo y para mi suerte no tengo que verlo. Porque después de que ayer me humillara de forma monumental, lo último que quiero es ver su rostro. Durante todo el día trato de mantenerme ocupado. Lavo la montaña de ropa sucia que he acumulado durante la semana y ordeno todo lo que puedo mi habitación. Aun no desempaco todo, y tampoco tengo intención de hacerlo, me conformo con acomodar las cosas que he sacado para que al menos así mi habitación no tenga ese aspecto tan deplorable. Al mismo tiempo, intento reprimir su imagen tratando de salir a flote a través de mis pensamientos. Necesito mantenerlo bien oculto para mi propio bienestar para poder sobrellevar el día.

Pero no me sirve de mucho cuando llega el lunes de forma concisa e inevitable...

***

Me niego a salir de la cama. Incluso cuando veo la hora y me doy cuenta que es tarde. Porque claro, el tiempo avanza independientemente de mi estado de ánimo y a pesar de que yo me niegue a empezar el día éste no se detiene a esperarme. Dejo el tiempo correr hasta donde me es posible, y salgo hacia Midnight Sun con algunos minutos de retraso.

***

Suspiro, enfadado... ¡Es que no es justo! Es como si lo hiciera apropósito el destino. O simplemente él está conspirando en mi contra, porque lo que primero que veo al llegar a la cafetería es su sonrisa de suficiencia.

Dujun parado a un lado de los escalones de la entrada.

–Bienvenido –me dice con su sonrisa intacta desde sus labios.

– ¿Estabas esperándome?

–Sí, quería verte llegar.

Su tono cordial me molesta. Su sonrisa me molesta... ¡todo él me molesta!

Pongo los ojos en blanco y paso por un lado de él sin prestarle más atención y me dirijo a la entrada.

–Ya estoy aquí, así que misión cumplida –grito girando la cabeza.

Pero veo que no es necesario porque en un segundo Dujun está a mi lado y atravesamos juntos la puerta doble de la entrada.

Adentro en la cafetería, con el clima templado y resguardado del frio y húmedo viento del exterior, se está muy a gusto. Cómo me gustaría poder quedarme aquí, entre los clientes y conviviendo con Dongwoon, Mir... Kikwang y Thunder. Todo sería mejor que pasar todo el tiempo a solas con Dujun. De no ser por eso hoy estaría disfrutando tranquilamente de mi trabajo... de mi vida.

Apenas puedo dedicarles un par de miradas y sonrisas a los chicos cuando me veo obligado a seguir a Dujun escaleras arriba.

– ¿Tú reloj está fallando? –pregunta mientas se detiene a abrir la puerta de la oficina.

–No.

Sonríe y niega con la cabeza, pero no menciona nada de mi insistente impuntualidad. No me importa... o de hecho sí. Si no quiero encañarme debo admitir que llego tarde solo por molestar, como una pequeña venganza porque estoy resentido.

Midnight SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora