La dominada era su ejercicio favorito en el multifuerza, la calistenia formaba parte importante de sus pasatiempos y competir con sus compañeros o conocidos deportista de la universidad en aquello la hacía sentir vigorosa, llena de vida. Solo dos chicas más en toda la gran institución hacían lo mismo, una de ellas era la callada y aterradora Annie, la otra una muchacha llamada Mikasa.
Sin importar el género no se podía negar la elite que Ymir representaba entre los jóvenes atletas. Dominaba paralelas, barra alta, anillas, piso, pesas. Lo suficiente como para hipertrofiarse y ganar un tamaño exagerado de corpulencia como Reiner, pero dada a su contextura, genética y rápido metabolismo que poseía sumado al trabajo específico de fuerza máxima su cuerpo lucia más marcado que voluminoso, cada musculo en su sitio, visible y fibroso.
La fuerza no es igual a volumen. Ella podía parecer más delgada que sus amigos fortachones pero eso no la hacía menos capas de proezas, sin embargo ante otras mujeres la medida o el tamaño de Ymir si la hacía resaltar sin ser brusca ni ordinaria si no imponente, elegante y correctamente erguida en cada posición. Como un soldado cuando está en guardia. Espalda recta, pecho orgulloso, caminado adecuado y vista altanera. Anatómicamente algo hermoso de ver.
Ya hacía un rato que había salido de clases y decidió darse una pasada por las canchas para observar que estaban haciendo los chicos, al verlos competir en los aparatos la morena no dudo en acompañarlos para desesterarse. Todos estaban un poco eufóricos y entretenidos compitiendo cada uno por su lado, Reiner y Bertholdt en las paralelas, Jean y Marco en las tablas con abdominales de diferentes posiciones y grados de dificultad, mientras ella daba un versus contra Connie teniendo a Annie de espectadora.
En medio de la rutina sus cuerpos ya estaban brillantes, resbaladizos y mojados de sudor y que estuvieran al aire libre sin un techo que los respaldara agregaba más factores a sus altas temperaturas, pero eso no les importaba ni un poco. Sonreían, se trataban brusco, disfrutaban, hacían chiste de lo que fuera, se admiraban.
-Estas muy equivocado si crees que me derrotaras enano, puedo hacer el doble que tú. -Dijo la morena a Connie con agarre supino dando lo mejor de sí en aquella barra subiendo con potencia y bajando con control, contrayendo y relajando armónicamente los músculos involucrados-
-Estúpido Titán, eso no me sorprendería en nada si te la pasas más guindada en un palo que un mono. -Había sido un grave error de su parte haber retado a la Titán y sobre todo haber apostado pagar su almuerzo si le ganaba esa contienda. Joder, si en sus peores momentos Ymir se tragaba una tonelada de todo. Su ruina estaba garantizada, pagar el almuerzo de la morena lo iba a quebrar económicamente ésa quincena-
-Voy por la treinta bastardo. -Escupió Ymir entre los dientes manteniendo tensión en su cuerpo desde lo alto de la barra-
-Tsk, deje mis bolas aquí Ymir. -Él apenas pudo hacer menos de treinta pero Ymir aún se mostraba gallarda y capaz de seguir como si nada-
-Ymir, tu celular lleva rato sonando ¿Quieres que te lo acerque? -Interrogó Annie con su particular semblante calmado escuchando Stray de Steve Conte del aparato. Ella era la única del grupo que no sudaba solo observaba la escena relajada bajo la sombra de un árbol con su cabeza recostada sobre el morral de la morena- Me empieza a molestar.
-¿Annie no ves que ahora estoy ocupada tratando de patearle el trasero a Connie? -Contestó la morena sumando otra dominada a su cuenta en la barra-
-¿Respondo por ti el teléfono entonces?
-Has lo que quieras Annie, igualmente a ti hasta el aire que respiras te molesta. Y sea quien sea, dile que deje de molestar. Que estoy ocupada pateando un diminuto trasero de enano.
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El Titán y la Reina
FanfictionEse día su vida perfecta y estructurada pintaba bien hasta el momento donde el profesor decidió juntarla con aquella mujer corpulenta y poco femenina. [YumiKuri]