Aldana abrió los ojos. Lloraba, se sentía perdida. La luz del sol que entraba por la ventana intentó acariciarle la cara, calentarla; pero la mente de Aldana no estaba ahí, estaba demasiado ocupada para sentir los rayos de luz. La voz de los sueños le había dado dos días para vivir o morir, para hundir a sus padres o dejarles como están, parcialmente felices.
<<¿Y yo qué hago ahora?>> pensó Aldana. <<A mis padres no les puedo decir nada y mi madre... ¿sería posible que supiese de qué va esto?, ¿se le habrá aparecido alguien en sueños?>>
Aldana se levantó y bajó a desayunar. No tenía tiempo para comer, pero sin esos alimentos no podía pensar con claridad.
- Buenos días, mamá.
- Buenos días, cariño. ¿Qué tal has dormido?
- ... No lo sé.
- ¿Cómo no lo vas a saber?
- No, creo haber tenido una pesadilla, pero no me acuerdo.
- Bueno, cuando te acuerdes, si quieres, me lo cuentas.
- Vale.
El desayuno fue tranquilo, pero escueto: un tazón de leche y una tostada. Al terminar, dejó el plato y el tazón con agua en el fregadero. Volvió después a su habitación.
Se sentó encima de la cama.
<<Tengo que encontrarle. Aunque mis padres pudieran estar en contra, aunque él no quiera que le encuentre. Debo ser fuerte. Pero... ¿y si se tuercen las cosas?, ¿y si no vuelvo a ver a mis padres? Creo sinceramente que mi madre sabe algo de todo esto. Pero no quiero involucrarla. Según la voz de mi sueño, mis padres no saben nada. ¿O sí?>>
- No puedo más. Voy a dar un paseo.
Se vistió deprisa. Quería perder de vista un rato su habitación y salir a que le dé el aire.
- Mamá, salgo a dar un paseo.
- Como quieras. ¿Vas a venir a comer?
- Supongo. Si no, te llamo.
- De acuerdo. Adiós, cielo.
- Chao.
Hacía fresco, en contra de lo que aparentaba la presencia del sol. Se giró por un momento a ver la casa. Dos recuerdos le vinieron a la mente a la vez. Por un lado, esa misma casa en un día lluvioso cuando buscaba desesperadamente a su hermano. Por otro lado, el recuerdo de su casa incendiada. Volvió rápidamente la cabeza y emprendió el camino hacia ninguna parte. Quería pensar y tener un recuerdo del vecindario de chalets que rodeaban el suyo. Quería recordarlo en paz. No sabía cuánto tiempo podía ir todo bien.
<<Me sorprende que las flores estén tan coloridas y yo tan gris, que el cielo esté tan claro y yo solo piense en la oscuridad, que los vecinos me miren tan alegres y yo solo vea tristeza; me sorprende que mi en torno esté en paz y yo piense que me he metido en una guerra. Quizá todo esto sea un espejismo o quizá solo esté exagerando todo. No veo cómo podría torcerse todo. Tampoco lo parecía el día previo a la desaparición de mi hermano. ¿Sería posible que volviese a suceder? ¿Que todo vuelva a nublarse en mi vida? Quizá la voz tenga razón y sea demasiado joven para involucrarme en esto. Igual es mejor dejar el tema de mi hermano para siempre y vivir en paz con mi familia. Pero... aquella noche, aunque para mí, le prometí a me hermano que iría a buscarle.>>
- Lo siento mamá, papá. Mi decisión está tomada. Arriesgaré mi vida y la felicidad que nos rodea para devolver a mi hermano a la vida y a nuestra esperanza la luz y la ilusión.
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- Je je je- me alegro mucho de que ese sea tu camino. Solo tiene obstáculos y la mayoría de ese laberinto no tiene salida ni final feliz. Esperaré aún una noche más y te volveré a hacer la pregunta esperando que repitas eso. Por fin empieza el juego, ja ja ja. - Musitó la voz de su sueño no muy lejos de su decidida afirmación.
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Estrellas entre Las Sombras
Mystery / ThrillerAldana vive con sus padres en una casita a las afueras de Mittenwald, en Alemania. Allí viven los tres con el peso de la fuga de Dierso, el hermano pequeño de Aldana, hace seis años. Una huida sin sentido que trajo una enorme tristeza a la familia y...