Miércoles.
Iwaizumi le había dicho a Oikawa: "Creo que se gustan" seis meses antes de que el accidente sucediera, y Oikawa se había reído con ganas porque en serio no se imaginaba a Hanamaki e Issei juntos, aunque a veces él creía también que se gustaban.
–Entonces quieres que los ayudemos a darse cuenta que se aman. –repitió Oikawa las palabras que su novio le acababa de decir, sonaba como un plan de película romántica barata, donde ellos evidentemente no serían los protagonistas sino sus amigos. Los dos llevaban buen rato acostados en la cama sin hacer nada. Ese día Oikawa tampoco había asistido a clases e Iwaizumi contrario a antes no le había regañado ni recriminado por ser un flojo.
–No tanto así, idiota. Tampoco somos hadas madrinas, simplemente quisiera que estuvieran juntos.
–¿Y si se los preguntamos directamente?
–Vamos a citarlos en alguna parte y...
–Y luego nosotros no llegamos a la cita y ellos se quedan convenientemente solos... –dijo Oikawa emocionado mientras golpeaba con un puño la palma de su mano con determinación. –Luego, como en las películas, se declaran su amor, se besan, tienen sexo y bla.
– ¿De verdad hay un cerebro ahí dentro?
–¿Eh?
–No somos cupido, estúpido. Sólo decía que los citáramos en algún lado para hablar y ya.
–Uh, qué aburrido, Iwa-chan.
Inmediatamente Oikawa se levantó un poco de la cama para tomar su celular y enviar un mensaje doble donde invitaba a su amigos a comer un helado al parque, no tenía ánimos de arreglarse mucho para ir a otro lugar con más gente. Además, podrían estar al aire libre y a Iwaizumi le gustaban esos lugares.
La noche anterior había sido martes de "malas películas en la tv" porque en la tv local siempre pasaban entre semana las películas más horribles del mundo y a los chicos les gustaba verlas porque a veces, sólo a veces cabe recalcar, resultaban ser buenas.
Ese día era miércoles y pasaba del mediodía, su rutina no había cambiado mucho, seguían haciendo lo mismo que siempre seis meses antes del accidente. Iwaizumi a veces se ponía a recoger sus cosas en cajas, pero al instante, cuando ya estaba muy cansado volvía a la cama con Oikawa que se limitaba a leer un libro que había comenzado hace tiempo. Era uno de los favoritos de Iwa-chan, la historia de un loco. Apenas iba por el primer capítulo y ya estaba atrapado. Pero no era como si pudiera concentrarse del todo, ninguno de los dos tocaba el tema de que el domingo por la tarde, a más tardar, ya no podrían estar juntos, aunque hacía mucho que no estaban juntos realmente.
Que injusta es la vida, pensaba Oikawa enojado.
El de verdad quería que Iwa-chan estuviera ahí físicamente con él y no sólo como una... ¿alucinación?
Porque ¿Qué era el Iwa-chan que tenía a su lado? ¿Un fantasma? ¿Un alma en pena? La idea del demonio había sido descartada de inmediato, los akumas no tardaban tanto tiempo en asesinar a sus familiares y además, el en ningún momento había hecho un trato con algún conde para que eso pasara.
Oikawa siempre había pensado en la muerte como algo nada doloroso, lo pensaba cuando asistía a los funerales de sus familiares o amigos cercanos, cuando era niño no entendía porque las personas lloraban y sufrían tanto por esa persona si al final de cuentas luego iba a morir.
Tenía esos pensamientos muy presentes ahora.
¿Por qué se lamentaban tanto por alguien que igualmente luego moriría y el dolor sería el mismo en ese luego?
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Butterfly. | IwaOi.
FanfictionPor ahora, aún no puedo volar como tú, pero ten por seguro que algún día mis alas también se alzarán al cielo... Y entonces, juntos volveremos a estar.