Tímida, como ya siempre prometía ser, se acerco con cautela a la sala de reuniones de su padre, golpeo la puerta, a lo que uno de los Potestades respondió con seriedad, Taylor lo miro alzando un poco la vista ya que este era muy alto y con dificultad articulo -¿Mi padre, esta por aquí?- trago grueso y al ver que su padre se acerco a donde ella permanecía erguida sonrió, dio un ultimo vistazo al Ángel guerrero y vivió la vista al Rey
-¿Si, Taylor?- pregunto, y acaricio los cortos cabellos de su hija, que con los dientes apretados y las piernas temblorosas intento hablar.
-Tengo miedo padre- susurro para que débiles lágrimas se resbalaran de sus ojos, recorriendo su mejilla en una delicada descendencia hasta su mentón.
Aquel Dios, la abrazo, y su hija empezó a sollozar lastimeramente, con pena y dolor.
-¿A que le temes princesa?- La divinidad hablo calmando al joven ángel.
-A lo que pueda ocurrir, padre, tengo miedo, de ellos...- susurro apuntando el suelo, el infierno debajo de la tierra. -No quiero que suceda nada malo, no quiero que nadie mas muera, nadie mas tiene que sufrir, tu estarás bien, al igual que cada criatura aquí en el cielo ¿Verdad padre? ¿Verdad?- El ángel casi suplico que la respuesta fuera un si, con sus cabellos alborotados y su mueca lastimera.
-Tranquila hija- el pudo percibir el miedo de su hija, se lo transmitió a la perfección, con cada palabra, pudo saber que ella temía lo mismo que el, le temía al Caos. Los ojos del padre se humedecieron al responder -Ángel, no te puedo asegurar nada, pero ten en cuenta que el Bien, siempre triunfa sobre el Mal, confía en nosotros, no sabemos si estamos en peligro o no, pero de ese ser el caso, ahora estamos preparándonos para un posible ataque, queremos una buena defensa, todo estará bien- El se coloco de cuclillas al hablarle a la joven, y esta asintió mientras su padre limpiaba rastros de lágrimas en su rostro.
El Dios de los Cielos observó a su hija marcharse por el pasillo con una mirada de tristeza.
Ese dia, ocho Potestades fallecieron en lucha con uno de los genios Ghouls servidor de Alocer, un demonio llevado en un Corsel Thestrals, al infierno.
Taylor escucho la noticia, para mal, el miedo de que un servidor pudiera enfrentarse a ocho Potestades, la abrumó, y la llevo a la desesperación de la inseguridad.
La muerte.
Era desconocida para aquella joven Ángel. La vida, era lo único que ella añoraba, el Bien era lo que vivía, y la paz lo que deseaba.
Mas calmada y con una pequeña sonrisa en su rostro, se vistió con un elegante vestido blanquecino, con apliques en un dorado brillante, y recogió su cabello, con pequeños bucles, para recibir el regalo que las Serafines le habían obsequiado. Ansiosa y con rastros de felicidad por su rostro, ella tomo su vestido, para correr por los pasillos y llegar a la entrada de su palacio, se asomo por las columnas, y distinguió, como dos bellas Serafines escoltaban a un pegaso, completamente blanco que relichaba y se sacudía con elegancia. Taylor grito de la emoción y desplegó sus alas guardadas, volando así hasta la ubicación no muy lejana de los Ángeles, agradeció con cariño a las Serafines, y se quedo al lado de su nuevo acompañante, paso su delicada mano sus largas alas y por el pelaje blanco de este, observo sus preciosos ojos negros, sonrió con felicidad y abrazo su cuerpo.
Ella ya no estaba sola.
De un brinco y sin importarle su vestido, ella subió al corsel, y de una risa ahogada dio una palmadita en su cuello para que este tomara vuelo. Taylor se aferro a su cresta por el impulso que tomo, hasta que estuvo estable, luego simplemente se recostó sobre el caballo alado, y dejo caer su vestido a los costados de sus alas, la sonrisa mas hermosa que había tenido hasta ahora estaba sobre sus labios, que besaron la espalda del pegado con amor -Tu te llamarás Nebraska- pronuncio, luego de divagar en nombres como Trueno, Cleo, o Zafiro.
-Te llamare Nebrie, suena mas bonito ¿No lo crees Pegaso?- ella hablo con el animal una vez acabado el vuelo.
Este movió su cabeza como si le entendiera, y Taylor se sonrojo mientras sonreia, volvió a besar al caballo en la punta de su nariz, y lo entró al palacio, a escondidas, y le armo un refugio en su habitación.
Aunque la angustia no desaparecía, la felicidad de su compañía despertaba el apagado corazón de Taylor.
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⚫Nothing is Better Than Revenge⚫ ▶Kaylor◀
RomanceEl sadismo de un demonio es excesivo, para la pureza de un ángel. La sed de venganza de Lucifer hacia el Rey de los Cielos es saciada por su mas confiable aprendiz Lo vengara, quitándole su tesoro mas preciado, su hija. La despojara de su pureza div...