Capítulo 22

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—¿Tienes todo listo?

Mi madre revoloteaba a mi alrededor como un pájaro cerca de una flor, verificando que todo estuviese bien. Llegamos al aeropuerto hace 5 minutos. Todavía faltaban 50 minutos para mi vuelo. Llegamos temprano, ya que la aerolínea pedía estar con antelación para registrarse.

Los nervios me invadieron; restaban pocas horas para volver a ver a Gabriel y conocer a su familia.

Esta mañana me levanté temprano para poder estar lista. Mamá me encrespó el cabello con un rizador, me hizo un lindo peinado y me ayudó a elegir ropa cómoda para el viaje, pero también presentable para cuando conociera a la familia de Gabriel.

Por lo que él me contó en la última llamada—ayer en la noche—, en su casa estarían su madre, hermana, hermanastro y padrastro. Sus abuelos se fueron de vacaciones ayer a casa de unos tíos suyos en Carolina del Sur para pasar Año Nuevo allí.

Me daban ganas de preguntarle por su padre; él casi—por no decir nunca—me comentaba cosas sobre su padre. Yo sabía el nombre de su padre gracias a las pequeñas búsquedas en Google que a veces realizaba para aprender más sobre Gabriel—uno de mis pequeños secretos—. Pero aquella vez, preferí no preguntarle.

—Iré a comprar unos bocadillos, tanto afán no me dio tiempo de terminar el desayuno y ahora tengo hambre. ¿Quieres algo para ti? —Mamá sonrió amablemente.

—Sí, lo que quieras traerme está bien, ya conoces mis gustos.

Mamá se fue a buscar una cafetería cercana. Me quedé sola. Flechert se había retirado con la excusa de que iría a encontrarse con Marcus en la puerta del aeropuerto, ya que él también quiso despedirse de mí. De eso pasaron ya 20 minutos y no ha regresado.

Apostaría una fortuna a que se estarían besuqueando en alguno de los baños de aquí. Desde que hicieron su relación pública para nosotras y los padres de Marcus, esos dos no podían mantener sus bocas y manos alejadas el uno del otro. Pero no los juzgaba, cuando se está enamorado realmente es complicado no estar todo el tiempo pensando en besar a la persona que amas o pasar cada segundo de tu tiempo junto con tu ser amado.

Verlos me divertía, dado que, cuando les lanzaba alguna pequeña broma sobre sus demostraciones de afecto en público, Flechert se enfurruñaba y se sonrojaba a más no poder; era tan tierno. A diferencia de Marcus, que solamente reía y dejaba besitos en las mejillas de mi hermano para avergonzarlo más.

Abrí el bolso de mano que permitían llevar en el avión conmigo para buscar mi teléfono. Lo hallé en uno de los bolsillos pequeños.

Deslicé mi dedo sobre la pantalla para desbloquearlo y revisé si tenía nuevos mensajes en WhatsApp, pero no fue así.

Estaba algo aburrida, así que entré en twitter para ver un poco de las noticias recientes. Inicialmente, solo me estaba desplazando por mi feed. Luego de un rato, busque una de las cuentas de fans de Gabriel a ver las actualizaciones recientes.

La persona que manejaba la cuenta había escrito que, según sus fuentes, Gabriel estaba en una relación con una chica. En ese mismo tuit, hacía una encuesta para saber si los seguidores creían que era cierto o no. Hasta ese momento, no había pensado en qué pasaría si los seguidores de Gabriel se daban cuenta de que él y ella estaban saliendo. Sentía algo de temor al pensar en lo que podría suceder si se revelaba su identidad.

—Oye—. Susurró Flechert en mi oído.

Di un brinco, asustada, sintiendo mi corazón latir más rápido por su bromilla.

—¡Flechert, casi me matas del susto! —Chillé con la mano sobre el corazón.

—Lo siento, no pude contenerme—. Comentó entre risas.

¿Los chicos las prefieren delgadas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora