Capítulo 59.-

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Narrador:

Abrió los ojos poco a poco y sintió como toda la habitación daba vueltas por lo que se llevo las manos a la cabeza, intentando amenizar el dolor que tenía en ese momento. Logro sentarse en el sillón como pudo y miro hacia el suelo. Corrió hacia el baño, intentando no chocarse con las paredes, y cuando llego vomito dentro del retrete. Se levanto y se lavo la boca. Fue levantado poco a poco la cabeza hasta conseguir verse en el espejo.

Daba asco. Tenía unas ojeras demasiado grandes, sus ojos estaban rojos y no precisamente de llorar, sus pelos estaban revueltos y tenía toda la ropa arrugada. Apestaba alcohol así que se dirigió a su habitación, pero enseguida se arrepintió.

Del techo colgaban varios globos y encima de la cama había un oso de peluche y una carta. ¿Seguirá en casa? Salió en busca de la morena, pero no la encontró por ningún lado. Así que decidió llamarla.

1,2,3,4,5...

Hola soy Lucia, ahora mismo no puedo atenderte deja tu mensaje después de la señal.

Colgó. Pero volvió a llamar como cinco veces más pero no se lo cogió. Debe de estar con Lorena por eso llamo a la chica, que al segundo toque contesto.

"¿Qué?" le hablo seca desde el otro lado.

"¿Estas con Lucia?" escucho una risa. "¿Pasa algo?" se llevo la mano a la cabeza cuando empezó a dolerle otra vez.

"Mira que te den enserio lo digo, no vuelvas a buscar a Lucia, no quiere saber nada de ti. La has perdido. Casi le pegas, ¿te parece normal? No, no lo es. Solo déjala en paz. Ella es feliz sin ti" colgó sin darle tiempo a responder.

Ahora sí que no sabía que había pasado, realmente no se acuerda de nada. Ni siquiera se acuerda de haber llegado a casa solo. No debió haber bebido tanto. Decidió llamar a su amigo, seguro que él le explicaría lo que había pasado con Lucia.

"¿Qué cojones quieres?" escucho en menos de cinco segundos de haber llamado.

"Explícame que ha pasado por favor" suplico frotándose la frente con la palma de la mano. Estaba demasiado nervioso en estos momentos.

"¿De verdad quieres saberlo?" pregunto el rubio desde el otro lado de la línea. Sin que pudiera responder su amigo empezó  contarle todo detalladamente cómo había pasado, al menos lo que él había visto. "Ahora déjala en paz, y déjame en paz a mi también, gracias" colgó sin siquiera despedirse.

Enseguida fue en busca de una sudadera y unas gafas de sol para ocultar esos ojos rojos. Salió del departamento en menos de cinco minutos y bajo las escaleras hasta llegar al garaje donde descansaba el coche de su amigo. Sin siquiera pensárselo entro en él y salió del departamento camino a casa de la morena.

Durante el camino intento recordar algo pero era inútil, el alcohol había acabado con sus recuerdos, solo recordaba que había entrado en un bar y se le había acercado un chico pero nada más. Cuando llego vio que alguien miraba de la ventana y no era su novia, eran ojos azules. Eric... Ella sabía perfectamente que ese chico no le caía bien, lo estaba haciendo apropósito.

Salió del coche y una vez estando delante de la puerta toco tres veces seguidas hasta que alguien se digno abrir la puerta.

"Vete por favor" hablo el rubio mirándolo.

"Lucia" grito haciendo caso omiso a Eric.

"Está durmiendo" le hablo algo cansado.

"Déjame entrar, necesito explicarle lo que paso" intento hacerse paso pero los brazos del chico hicieron que se quedara donde se encontraba.

Todo es posible - Cameron Dallas y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora