Noto un leve codazo en mi hombro y lentamente voy abriendo los ojos. Tardo un rato en ubicarme y mis ojos se van acostumbrando a la claridad. Miro a mi derecha, de donde provenía el codazo.
- Perdón por despertarte, pero es que justo ahora estamos sobrevolando Nueva York y pensé que querrías verlo- me dice el señor que está sentado a mi lado.
- Muchas gracias, no sé ni cuando me he dormido- digo amablemente.
La verdad es que se lo agradezco mucho, por nada del mundo querría perderme las vistas que estoy contemplando en este momento.
La azafata nos indica que faltan pocos minutos para el aterrizaje y yo me vuelvo la persona más impaciente del mundo. Cada minuto se me hace eterno y no veo el momento de poner mis pies en territorio neoyorquino.
Tras una eternidad, aterrizamos. Los demás pasajeros deben ser conscientes de mi entusiasmo porque me dejan bajar la primera. Con algo de vergüenza paso delante de ellos y me pongo a bajar la escalera. Al final de esa escalera está mi nueva vida.
Unos pocos escalones más y ya estoy. Ahora sí. Mis pies están en el suelo. Pero no están en el suelo de mi casa, tampoco en el pasillo del avión.
Están en Nueva York.
Con una sonrisa de oreja a oreja recorro el aeropuerto. Tras recoger mi maleta decido enviar un mensaje a mi madre y a Jess para avisarles de que ya estoy aquí.
Jess me contesta al instante.
Me alegro, Jack está ahí con un cartel. Nos vemos luego xx
Mierda, me había olvidado que ahora iba a conocer a Jack. Seguro que le suelto alguna gilipollez y quedo como una tonta.
Voy arrastrando mi maleta hasta el hall del aeropuerto, donde mis ojos empiezan a trabajar buscando mi nombre en algún cartel para intentar encontrar a Jack.
Pasados unos minutos no encuentro mi nombre por ninguna parte hasta que veo un chico que tiene un cartel cubriendo su cara que pone Soy Jack. Me voy acercando mientras me río mentalmente por lo absurdo que me parece esto hasta que el dueño del absurdo cartel lo aparta de su cara y yo sencillamente me quedo sin respiración.
Imaginaros el chico más atractivo del mundo. ¿Lo tenéis?
Perfecto, pues ahora multiplicarlo por diez. Sin lugar a dudas es el chico más atractivo que he visto en mi vida. Tiene el pelo corto de un color marrón oscuro que contrasta con sus increíbles ojos azules en los que no me importaría perderme. Su complexión es atlética, tiene unos brazos musculosos pero sin pasarse y me saca una cabeza entera.
- ¿Quieres algo?- me pregunta mirándome a los ojos. Mierda, le he estado pegando un repaso de la ostia. Rápidamente me doy una colleja mental por no haber sido un poco más disimulada.
- Soy Melissa, la amiga de Jess, aunque prefiero que me llamen Mel. ¿Tú eres Jack?- dijo mientras me pongo colorada. Parezco una niña de 13 años.
- ¿No es obvio Melissa?- pregunta señalando su cartel.
- Emm, sí. Te dije que me llames Mel.
- Ya, pero es que tu nombre es Melissa, no Mel- dice con una sonrisa engreída.
- Pues preferiría que me llames Mel, así es como me llaman mis amigos- dije haciendo un puchero.
- ¿Alguien ha dicho que seamos amigos?- preguntó frunciendo el ceño. En ese momento tuve que contenerme para no voltearle la cara. Todo lo que tiene de guapo lo tiene de capullo.
- No, ¿sabes qué? No quiero ser tu amiga. Llámame como te dé la gana.
- Vale Melissaquenoquieresermiamiga, tu te lo pierdes pero deberíamos ir al apartamento, ¿o prefieres quedarte a vivir en el aeropuerto?- dice con una sonrisa burlona.
- ¿Siempre eres así de agradable o es que yo soy especial?- le digo.
- Obviamente tú eres especial, no gasto tanta saliva con el resto del mundo- dice con una sonrisa torcida que hace que se me caiga la baba- Por mi parte podemos irnos ya, pero si crees que Nueva York es mucha ciudad para ti puedes irte por donde has venido gatita.
- ¡Ni de broma! Y ni se te ocurra volver a llamarme así o...
- ¿O qué?- dice acercándose demasiado hacia a mi. Por la impresión doy un paso atrás y él me sonríe con burla.
- O te enteraras gilipollas- digo lanzándole una mirada llena de furia.
- ¿Dónde te dejaste los modales gatita?
- En el mismo sitio que tú dejaste tu cerebro- le digo con una sonrisa triunfante.
- Lo que tú digas- dice rindiendose con una sonrisa- Coge tu maleta, gatita- dice chasqueando la lengua.
Enfurruñada arrastro mi maleta detrás de él.
Al final si que era verdad que este día iba a ser de los que no se olvidan nunca...
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¿Qué tal? ¿Jack ha estado a la altura de vuestras expectativas? ¡Quiero opiniones! : )
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Amo odiarte
RomanceTras cumplir 18 años, Melissa solo piensa en coger sus maletas y trasladarse a Nueva York para vivir con su mejor amiga la vida neoyorquina que tanto desea. Todo parece de color rosa en la vida de Melissa hasta que su amiga, días antes del traslado...