Capítulo 9

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¡Hola! Siento haber tardado tanto en subir capítulo, me fui de viaje y me fue imposible.

Pero ya he vuelto y aquí os dejo el capítulo.

Espero que os guste ♡

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Me quedo mirando fijamente la puerta, que poco a poco se va abriendo.

Tras ella aparece nada más y nada menos que Jack. Tiene una expresión extraña. Me mira profundamente, y yo hago lo mismo, desde que sentí la puerta me detuve en seco.

-Emm... ¿me dejas pasar?-preguntó. Vaya vaya, de repente sabe lo que son modales.

-Sí claro, es tu casa.

-Ahora también es tuya. Hasta que el contrato de alquiler nos separe.-dice riendo. Y fue una carcajada tan pura, tan natural y tan contagiosa que no pude evitar unirme a él.

-Bueno... ¿y que querías?-pregunté, intentando sacar tema de conversación.

-Eh... no... tan solo quería decirte que siento como me comporté hoy... fui un verdadero gilipollas en el coche...-dice con dificultad.

-Un poco gilipollas sí que eres, sí.-dije sonriendo.

-Pero bueno gatita, ¿acaso me estás sacando las garras?-dice con una sonrisa. Yo a pesar de su broma le sonrió, nunca lo reconoceré, pero me encanta ser su gatita.

De repente su expresión cambia, y empieza a observarme intensamente. Veo como sus pupilas se mueven examinándome veloz hasta detenerse en mis labios. Dejo de mirarlo a los ojos para mirarle a los labios. Aquellos labios tan carnosos y besables. Noto como se acerca a mi lentamente, con la respiración entrecortada hasta estar a unos centímetros de mi cara. No se aparta y yo tampoco, nadie puede evitar lo que va a suceder.

-¡Yuhuuuu! ¡Chiiicos ya estoy aaaaquí! ¿Me habéis echaaaado de meeenos?-chilla una Jess completamente borracha desde la otra punta del apartamento.

Automáticamente Jack se aparta de mi lado y abre la puerta de mi habitación hacia donde proviene el grito de Jess, mientras lo hace me parece oír que maldice.

Yo no puedo hacer otra cosa que quedarme paralizada mirando para la puerta por la que acaba de irse Jack, el subnormal que casi me besa. ¿Qué hubiera pasado si no llegara Jess? Me lo imagino.

Lo que más me fastidia es que no tenía pensado detenerlo.

Un grito de Jack me saca de mis pensamientos. Me está llamando. Salgo corriendo de la habitación siguiendo el ruido y me encuentro a Jess con la cabeza en el váter y Jack sujetándole la coleta mientras me mira con una expresión indescifrable.

-¿Te puedes encargar tú de desnudarla?-me pregunta.

-No creo que pueda yo sola con ella, ¿podrías ayudarme?-digo temiendo la respuesta.

-Claro, no hay problema-dice evitando mi mirada.

Mientras Jess termina de vomitar voy en busca de ropa de cambio. Jack me ayuda a llevarla hasta su habitación. Pensé que la parte de desnudarla es la más incómoda porque temía que Jack comenzara a decir burradas sobre su anatomía, pero, para mi sorpresa, no quito los ojos de mi y mis movimientos.

Tras acabar de ayudarla, me lanzo contra el sofá, agotada. Ya son las seis de la mañana y aún no pude pegar ojo. De repente oigo como Jess vuelve a tener arcadas. Me levanto para ir a ayudarla pero Jack aparece.

-Tranquila, me encargo yo, descansa que lo necesitas.

-Gracias...-digo con voz soñolienta.

Me giro sobre mis pies hacia mi habitación y cuando estoy llegando escucho un leve susurro que me dice:

-Buenas noches gatita.

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